Irán recibió con escepticismo la oferta de Donald Trump de reunirse con los dirigentes del país “cuando quieran”, y sus principales líderes se abstuvieron de reaccionar por lo pronto a la propuesta. A pesar de su abierta hostilidad hacia el régimen iraní, que se materializó en la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear, Trump pareció el lunes abrir la puerta a discusiones de alto nivel, sin condiciones previas. Pero en las esferas políticas iraníes, las reacciones fueron de manera general muy negativas. El vicepresidente del Parlamento, Ali Motahar, afirmó a la agencia Fars que hablar con Trump “sería una humillación”. “Estados Unidos no es fiable”, abundó el ministro del Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, según Fars. “Después de la retirada arrogante y unilateral del acuerdo nuclear, ¿cómo se puede confiar en él?”. En Twitter, un consejero del presidente iraní Hasan Rohani aseguró que cualquier discusión con Washington tendría que empezar con “el respeto a la gran nación iraní, la reducción de las hostilidades y el regreso de Estados Unidos al acuerdo nuclear” de 2015, estimó Hamid Abutalebi. Poco antes de las afirmaciones de Trump, el portavoz del ministerio iraní de Relaciones Exteriores consideró “imposibles” las negociaciones con la administración actual. “Washington revela su naturaleza indigna de confianza día tras día”, declaró Bahram Ghasemi, según la agencia Mehr, citando “las medidas hostiles de Estados Unidos hacia Irán tras su retirada (del acuerdo nuclear) y el restablecimiento de sanciones económicas” estadounidenses contra Teherán.