“Desde el fallido golpe de estado en 2016, la represión estatal contra las voces críticas ha escalado en Turquía. Desde entonces, el estado de emergencia –que fue concebido originalmente para empoderar al gobierno en caso de desastre o conflicto armado– ha resultado en violaciones de derechos humanos contra cientos de miles de personas. Turquía es actualmente el mayor carcelero de periodistas en el mundo, con más de 250 trabajadores de medios tras las rejas”, subraya un reciente artículo de revista Dazed, amén de contextualizar el ámbito en que desarrolla sus piezas el joven fotógrafo Çaðdaþ Erdogan, de 26 años. Sus fotos, tomadas por la noche en el barrio de Gazi, se zambullen en subculturas turcas: las viciosas peleas ilegales de perros, el hedonismo de fiestas sexuales clandestinas, la violencia de protestas callejeras armadas repletas de hombres con máscara y pistola… “Seculares, homosexuales, kurdos, alevíes, cualquiera con diferentes creencias y estilos de vida ha sido metido en un cajón. Mis historias son sobre ellos”, afirma quien es considerado por la crítica especializada, uno de los fotógrafos más prometedores de su generación; y por su país, un potencial terrorista. Sin más, las susodichas imágenes de su celebrada serie Control, que han sido expuestas en diferentes galerías y publicaciones del globo, fueron utilizadas como evidencia el pasado año, cuando Erdogan fue apresado y encarcelado durante 6 meses. Ahora, espera el varón por un juicio que podría sentenciarlo a 23 años de prisión, mientras su obra continúa cosechando halagos por el mundo. “A primera vista, el tráfico de drogas, la prostitución, las peleas de perros y las protestas pueden parecer experiencias diferentes, pero todas tienen las mismas raíces, esconden la misma motivación. Turquía ha dado a ciertas ideologías una plataforma, y cualquier persona con pensamientos opuestos es vilipendiada. Empujada a la noche. Eso es lo que fotografío”, concede quien es parte de la agencia anónima e independiente de fotoperiodistas SO Collective, marginalizada por los medios masivos turcos, en la lista negra del gobierno actual.