El 25 de mayo del 2018 se cumplió 70 años desde que se le dio, gracias a la acción de Evita, el nombre actual a la estación “Argentine” del Métropolitain de París. El evento ha tratado de ser ocultado por la “historia oficial” pero merece se recordado. Cuando Evita llegó a París el 21 de julio de 1947, los Bemberg, dueños de la cervecería Quilmes, instalados en París, miembros de la oligarquía, trataron de boicotear su misión. Que el gobierno francés recibiera a Evita les parecía insoportable y humillante. Así que tiempo antes de su arribo contrataron la primera página del diario France-Soir para que se publicara una foto de ella haciendo una propaganda para un jabón. En su futilidad gorila pensaban que los franceses se sentirían ofendidos porque su gobierno recibiera como representante de otro país la esposa del presidente que había sido una modelo. El tiro les salió por la culata ya que Evita sedujo a los parisinos que la aplaudían cuando la reconocían en algún lugar halagados por la presencia de la hermosa rubia que era. 

En su entrevista con el ministro de Relaciones Exteriores, Georges Bidault, uno de los principales dirigentes de la resistencia interior a la ocupación alemana, Evita le planteó que era muy desagradable que Francia, país amigo de la Argentina, tuviera una calle en París y una estación del Métropolitain que se llamara Obligado, por la batalla de la Vuelta de Obligado. Le recordó que la Escuadra naval anglofrancesa había logrado ganar la batalla pero había pedido la guerra. Y le pidió que le cambiaran el nombre. Dos días después, cuando se firmaban los acuerdos comerciales por los cuales la Argentina otorgaba a Francia un crédito para compras de cereales de 200 millones de dólares, el presidente Vincent Auriol le comunicó que en aras de la renovada amistad franco–argentina serían cambiados los nombres de la estación del Métropolitain y de la calle.

Los gorilas han querido borrar el éxito rotundo que tuvo la visita de Evita a Europa ya que quebró el aislamiento diplomático que los ingleses y los estadounidenses imponían a la Argentina de Perón. El tratado de intercambio comercial negociado por Evita permitió a la Argentina romper el casi bloqueo económico impuesto por Harry Truman, presidente de Estados Unidos, al comercio argentino con el objetivo de consolidar la supremacía de la venta de alimentos que en ese momento tenía ese país. Permitió también a Francia diversificar sus aprovisionamientos en alimentos mientras reconstruía su agricultura devastada por la ocupación alemana. 

Gracias a Evita, Argentina es el único país del mundo que le ha dado su nombre a una estación del Métropolitain de Paris. La antigua calle Vuelta de Obligado se llama hoy “d’Argentine”. Una placa conmemorativa donada por el embajador argentino Julio Victorica Roca indica que el 25 de mayo de 1948  se consolidó la amistad entre Francia y Argentina, y firman el presidente de Francia, Vincent Auriol y el presidente de Argentina, Juan Domingo Perón.

* Doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de París. Autor de El Peronismo de Perón a Kirchner, Ed. de L’Harmattan, París, 2014. Editado en castellano por Ed. de la Universidad de Lanús, 2015.

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