Siete de cada diez adultos mayores no alcanza a cubrir la canasta básica de los jubilados. Desde la Defensoría de la Tercera Edad estimaron que el costo de los bienes y servicios para ese segmento de la población asciende a 21.000 pesos mensuales. La cifra difundida ayer marca una escalada de 19,6 por ciento en lo que va del año. “Los jubilados hacen peripecias ante una sociedad que naturalizó que envejecer es ser pobre”, indicó ayer el titular de la defensoría, Eugenio Semino. El haber mínimo asciende hasta los 8096 pesos y con el nuevo incremento de 6,68 por ciento confirmado dos semanas atrás por la Anses, el piso alcanzará desde septiembre a 8637 pesos. 

“Con 8 mil pesos nadie puede vivir en Argentina. Estamos hablando de un universo de 7 millones de personas. Es necesaria una recomposición inmediata”, indicó Semino. La canasta de bienes y servicios elaborada por la Defensoría de la Tercera Edad releva los gastos de vivienda, alimentación y medicación de los jubilados en Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, Ciudad de Córdoba y Rosario. De acuerdo a Semino, a lo largo de los últimos seis meses, los insumos de farmacia, no contemplados entre los medicamentos cubiertos por las obras sociales, registraron aumentos de hasta el 30 por ciento. 

Las autoridades del organismo de la seguridad social sostienen que las jubilaciones recuperaron poder adquisitivo desde que entraron en vigencia los cambios impulsados por el gobierno. Sin embargo, los datos del Indec permiten estimar que el poder adquisitivo de las jubilaciones mínimas acumula un retroceso del 8,58 por ciento desde que asumió el gobierno de Cambiemos. A partir de la información pública disponible, los investigadores del CEPA proyectaron que los aumentos para las jubilaciones en diciembre serán de 7,75 por ciento, lo que elevará hasta los 9300 pesos la jubilación mínima a fin de año. De esa manera, las prestaciones del sistema de seguridad social bajo el nuevo índice de movilidad arrojarán un aumento acumulado de 28,35 por ciento en 2018.

A partir de las proyecciones incluidas en el Relevamiento de Expectativas del Mercado elaborado por el Banco Central, el CEPA estima que la capacidad de compra del haber mínimo registrará una caída de casi 13 por ciento para febrero de 2019. Los cálculos de los economistas permiten dimensionar el impacto que tuvo el cambio en la fórmula de actualización sobre los ingresos de los adultos mayores. 

La pérdida en la capacidad de compra de las jubilaciones se conjuga con tres elementos: el proyecto de reforma estructural del sistema previsional que será presentado el próximo año; el escenario macroeconómico con recesión, inflación y caída en los niveles de empleo que afectan a todo el sistema de la seguridad social; y el ajuste acordado con el FMI que prevé, por ejemplo, el paulatino desmantelamiento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses.