Emanuel Ginóbili, el mejor basquetbolista argentino de la historia, confesó que decidió retirarse porque cuando volvió a agarrar la pelota y sintió que ya no le pasaba “lo mismo de siempre”. Admitió que se trató de una decisión que “no fue apurada o inesperada”, y agregó: “tengo 41 años y estiré bastante el temita este del básquet”.

“En mi cabeza, la temporada pasada fue en todo momento ‘la última’. Nunca lo exterioricé porque no tenía ningún sentido limitar mis opciones, quería dejar la puerta abierta por las dudas que cambiara de idea o que siguiera sintiendo la fuerza física y mental que se necesita para afrontar una temporada de este estilo”, expresó el bahiense en su habitual columna del diario La Nación.

Ginóbili contó, además, que al finalizar la temporada le dijo a su ahora exentrenador Gregg Popovich que se “veía más afuera” que adentro”. “Regresé a San Antonio y me puse a hacer pesas, agarré la pelota, miré a los más jóvenes entrenarse y romperse el lomo para estar bien para la pretemporada y a mí, sin embargo, todavía me dolían los últimos dos golpes de la temporada anterior. De a poquito me fui convenciendo de la decisión a tomar”, explicó el bahiense. 

“No me quedé con ganas de nada porque jugué hasta que tuve ganas cuando algunos se tienen que retirar por lesiones o demás cuestiones antes de tiempo, pero yo jugué hasta pasados los 40 años”, explicó el escolta ganador de cuatro anillos de la NBA y dos medallas olímpicas con el seleccionado argentino de básquetbol. “Incluso, me di el gustito en los últimos tres años de jugar como uno quisiera hacerlo con sus amigos, sin sentir la presión de ser el responsable exclusivo de lo que pueda suceder, con la sensación de yo ya di todo lo que pude”, agregó. 

Con respecto a su carrera, Ginóbili valoró todos los pasos recorridos. “Es importante reconocer que me convertí en el jugador que fui cuando pasé por Europa ya que más allá de los éxitos deportivos que tuve en Bologna o lo que crecí en Reggio Calabria, lo que me tocó aprender allí me sirvió para después poder competir al más alto nivel en la NBA”.

Luego, con respecto a la Generación Dorada y su exitoso paso por los Spurs, comentó: “Tuve la fortuna de formar parte de dos grupos que han tenido una relevancia increíble en el deporte y en todos los casos encontré una calidad humana imposible de igualar. A nivel profesional haber tenido esa posibilidad es sin duda asombroso”.

También agradeció el apoyo de los hinchas argentinos. “La verdad es que no tengo palabras. Lo que vivimos en Mar del Plata y en Río de Janeiro será muy difícil de olvidar. Las emociones que viví con la Selección no son fáciles de explicar en un par de líneas. Lo que me tocó profundamente fue mi último partido en los Juegos de Río 2016. Fue una muestra de cariño impactante. Además, ver en los últimos años el paso constante de los argentinos por San Antonio para verme jugar fue sencillamente increíble. Sé de los esfuerzos que hacían por estar y eso conmueve”, expresó.