El desmanejo financiero y cambiario comenzó a resentir la actividad inmobiliaria. Las escrituras en la Ciudad de Buenos Aires marcaron en julio una caída del 17 por ciento frente al mismo período del año anterior. Los datos del Colegio de Escribanos porteño muestran, a su vez, una caída del 46 por ciento en las operaciones realizadas con créditos hipotecarios. La escalada en la cotización del dólar y el aumento en las tasas de interés impactan sobre la dinámica de los préstamos UVA que motorizaron el mercado inmobiliario a lo largo de 2017. Ingresos familiares superiores a los 70 mil pesos y cuotas mensuales por encima de los 17 mil pesos, son algunos de los elementos que desinflaron la burbuja. Pero el deterioro en las condiciones financieras y la pérdida de poder adquisitivo no solo dificultan el acceso a las líneas de financiamiento sino que afectan a quienes optaron por ese mecanismo para acceder a sus viviendas, ya que se encareció el repago de la deuda asumida. 

El Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires registró 4403 escrituras en julio. El monto promedio de los actos fue de 3.677.364 pesos que equivalen a 130.034 dólares de acuerdo al tipo de cambio oficial promedio del mes. Por su parte, las escrituras realizadas con créditos UVA ascendieron hasta los 674 casos. La cifra marca un desplome equivalente al 46,3 por ciento interanual y un 11,4 por ciento frente a junio. Los datos muestran la segunda caída mensual consecutiva. Durante el sexto mes del año las escrituras habían mostrado la primera caída significativa al retroceder un 25 por ciento con respecto a igual mes del año anterior. 

Desde las cámaras inmobiliarias advierten que el escenario contractivo se profundizará mientras persista la volatilidad cambiaria. En tanto, la aceleración inflacionaria y el endurecimiento de las condiciones financieras anunciado por el Banco Central anticipan una mayor caída para los créditos UVA. Al impacto sobre el sector inmobiliario se suman el ajuste observado en la obra pública y la ralentización en los proyectos de construcción de viviendas. Ambos elementos suman presiones sobre un golpeado mercado de trabajo. Los últimos datos disponibles del Ministerio de Trabajo mostraron que en mayo la destrucción de empleo registrado alcanzó a la construcción. Entonces se perdieron 1600 puestos en relación a abril, la primera caída desde 2017.