La Conferencia Episcopal Argentina (CEA), a través de una carta emitida hoy y que lleva la firma de los obispos Oscar Ojea, presidente, y Carlos Malfa, secretario, expresó su respaldo al papa Francisco a quien le manifiestan “nuestra fraterna y filial cercanía en este momento en que sufre un ataque despiadado en el que confluyen distintos y mezquinos intereses mundanos”. Los obispos argentinos le dicen al Papa que “compartimos sus dolores y esperanzas”.

Si bien la nota no refiere a ningún hecho o declaración en particular, es evidente que la misma sale al cruce de las críticas que en los últimos días formularon en particular sectores conservadores de la propia Iglesia. Carlo Maria Viganò, un arzobispo que fue nuncio (embajador del Vaticano) en Estados Unidos entre 2011 y 2016, dio a conocer una carta en la que responsabiliza a Francisco de ocultar información y una denuncia suya–que según dice data de 2013– sobre los abusos sexuales cometidos por el cardenal norteamericano Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington y que recientemente fue obligado a renunciar a su condición por Francisco y se lo retiró de toda actividad pública. Antes, una investigación de la propia arquidiócesis de Nueva York concluyó que el obispo fue culpable del abuso sexual de un niño.

En su carta Viganò llegó a pedir la renuncia de Francisco a quien acusó de liberar a McCarrick de sanciones que le habían sido impuestas por Benedicto XVI.

Al regresar de su viaje a Irlanda y hablando con los periodistas Bergoglio dijo al respecto de la carta de Viganò que “no diré una palabra sobre esto” y agregó que “la carta habla por sí misma”, pidiendo a su vez a los periodistas que saquen sus propias conclusiones a partir de su “capacidad periodística” y “madurez profesional”.

En declaraciones formuladas hoy a Vatican Insider, el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, dijo que Francisco está “sereno” frente a los dichos de Viganò y que “el Papa es una gran gracia, incluso frente a estas cosas que obviamente crean tanta amargura y también inquietud”.

Parolin señaló también que “no se puede sino expresar dolor frente a estas cosas, gran dolor”, pero expresó su deseo de que “trabajemos todos en la búsqueda de la verdad y de la justicia, que sean estos los puntos de referencia y no otras cosas” y ratificó que “ciertamente la situación no es para nada preocupante”.

En medio de operaciones políticas encabezadas especialmente por los sectores conservadores de la Iglesia en contra de Bergoglio, ahora los obispos argentinos le dicen al Papa que “unidos en confiada oración pedimos al Espíritu Santo que lo colme de sabiduría y fortaleza para que, como sucesor de Pedro, nos siga confirmando en la fe de la Iglesia”.

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