El éxito que en los últimos años tuvieron las novelas brasileñas no es nuevo. En todo caso, la novedad reciente pasó porque esas audiencias masivas no se alcanzaron durante la primera tarde, sino que llegaron al prime time y se consolidaron como propuestas que gustan entre los televidentes argentinos. Primero Avenida Brasil y más cerca en el tiempo Moisés y los 10 mandamientos son los últimos casos de un fenómeno que lejos está de ser una moda. “La novela brasileña, en general, está muy bien contada, por encima de los estandares mundiales, con grandes producciones que atraen a los espectadores de cualquier lugar del mundo”, señala Guebel, con conocimiento de causa. “Y como la TV argentina acostumbró a la audiencia a ver tiras diarias a la noche, es natural que novelas de gran despliegue de cualquier lugar del mundo también la convoque. La novela es un escape a la realidad. Así como hay gente que elige tomarse una copa de vino para relajarse al terminar el día, otra prende la tele y ve una novela. Y algunos, incluso, hacen las dos cosas a la vez. Por eso creo que el fenómeno no tiene que ver con la temática bíblica sino con el nivel de producción y de hábito televisivo”.