Boca empieza a encontrar lentamente la línea de juego que lo tuvo como protagonista principal en los últimos dos años del torneo local. El equipo volvió a reencontrarse con la victoria luego de la primera fecha y pudo golear a Vélez nuevamente en su estadio. La distancia con la cima de la tabla ahora es menor y sigue en la búsqueda de recuperarla a fuerza de éxitos.

La prueba que tenía Boca era superar los problemas defensivos que mostró el último jueves ante Libertad. Los chicos de Vélez eran una medida exacta para saber hasta dónde podía corregir esas falencias. En la última línea, Olaza era la única cara nueva en relación a los que enfrentaron a los paraguayos. Precisamente, el sector izquierdo era el que elegía Vélez para tratar de llegar al área de Andrada.

Con Ramis y Bouzat desempeñándose por ese lado, cuando se juntaban con Vargas se las ingeniaban para complicar al fondo del equipo local. El actual campeón no podía adueñarse de la pelota y debido a los espacios que dejaba atrás el colombiano Barrios, los volantes de Vélez podían llegar de frente hasta la puerta del área.

El único que podía construir el ataque era Cardona, pero estaba bien rodeado por Nicolás Domínguez y por Giménez. Y como Tevez y Pavón se estacionaban muchos metros más adelante, la pelota estaba la mayor parte del tiempo en los pies de los jugadores de Vélez.

La vía que tenía Boca para llegar en ofensiva era a través del contraataque, y en la primera que pudo conectar de manera colectiva, Cardona encontró libre a Abila, éste habilitó con precisión a Pavón, y el cordobés se metió en el área para definir cruzado y marcar el primer gol.

El final del primer tiempo encontró nuevamente a Pavón participando de una acción profunda en ataque, ubicó a Tevez en el área, quien se cayó luego de forcejear con Giménez, y el árbitro sancionó penal. El encargado de convertirlo fue Cardona como ante los paraguayos por la Copa, pero en esta oportunidad lo hizo con un derechazo al lado del palo.

Vélez siguió teniendo la postura de antes en la segunda parte, que la inició con la tenencia de la pelota y lanzándose hacia el terreno de Boca. Ramis probó de lejos y la pelota salió cerca del travesaño, en la primera jugada seria de los visitantes.

La lentitud de los movimientos tanto de Abila como de Tevez, provocaban que Boca no tuviera buena conexión en los últimos metros, cada vez que estaba cerca del área carecía de profundidad.

El volante Domínguez era el jugador más claro del equipo de Heinze y tenía panorama y ubicación para hacer jugar al resto de sus compañeros. De todas maneras, el ánimo de los jóvenes de Vélez se fue diluyendo con el correr de los minutos, y la impotencia se fue apoderando de muchos de ellos.

El técnico Barros Schelotto decidió justamente el reemplazo de Tevez y Abila y con los ingresos de Benedetto y Villa (quien marcó el tercer gol) intentó imprimirle más velocidad a la zona de definición.

Los inconvenientes en la última línea los solucionó de a ratos, y pudo exhibir una mejor imagen en ese aspecto. El déficit apareció en la zona media, con la falta de posesión de la pelota. Ante rivales de mayor peso ofensivo, esto puede ocasionarle muchas complicaciones.