Como cada dos años, la Central de Diseño de Matadero Madrid es escenario de la Bienal Iberoamericana de Diseño, un punto de encuentro de profesionales e instituciones del diseño de Latinoamérica, España y Portugal. También es una oportunidad de recorrer una bella muestra colectiva que en esta edición reúne más de 470 piezas de mil diseñadores hasta el 29 de enero. La Bienal funciona como un buen mapeo para entender parte del desarrollo de la cultura, la economía y la sociedad de los 23 países participantes, y de cómo interpretan el desa- rrollo, la industria, la innovación, la sostenibilidad e incluso los nuevos movimientos sociales.

Los organizadores, la fundación DIMAD, tienen como meta promover la cultura del diseño de Iberoamérica, dar a conocer y difundir el trabajo de profesionales y empresas iberoamericanas, y acercar al público general y a los distintos agentes sociales. Por eso, en esta edición convocaron como jurado a profesionales de larga trayectoria como François Caspar (Francia), Marva Griffin (Venezuela-Italia), Guy Julier (Gran Bretaña), Eva Prego y Cutu Mazuelos/Stone Designs (España), Frederico Duarte (Portugal), Héctor Rivero (México) y Lucille Tenazas (USA), para que optaran por los trabajos más destacados a través de premios y menciones que de algún modo señalan por donde va la cultura del diseño. Entre ellos, varios diseñadores argentinos se alzaron con galardones y menciones por su destacada labor en terrenos como la salud y la inclusión.

 

Entre otros

Entre los asistentes se destacan el colombiano Carlos Torres con su multipremiado trabajo “Iko”, un brazo ortopédico realizado con piezas Lego. Eduardo Aires, de White Studio, presentó su trabajo de identidad para la ciudad de Porto (Portugal). Javier Díez del estudio “Los Díez”, con el “Programa PUBLIC”, un banco para una ciudad accesible que ganó el premio “Diseño para todas las personas - Fundación Once”. El mexicano Herminio Menchaca, con su propuesta “Monolitos” de lámpara y banco, inspirado y desarrollado en su estadía en Japón. Marina Fernández Ramos y los vecinos y tejedores de Valverde de la Vera, con “Tejiendo la calle”, donde elaboraron parasoles mediante ganchillo que fueron premiados con “Diseño y participación ciudadana - UCCI”. El portugués Tiago Dias con “Bienestar Familia: Healthcare for Low-Income Families”, reconocido a través de los premios “Diseño de servicios / Telefónica I+D” y “Diseño para el desa- rrollo/ Cooperación Española”. Y Sonia Cunliffe, de Perú, con casas acondicionadas para poder reducir la mortalidad en las zonas de bajas temperaturas premiada con “Diseño para el desarrollo / Cooperación Española”, entre otros. Como vemos, muchos diseños, por suerte, para el mundo real.

 

Los argentinos

Nuestro país participa con 25 trabajos de los cuales varios fueron galardonados. Hubo un importante premio que nos llena de orgullo ya que venimos de algún modo reclamando desde hace tiempo el compromiso por parte sobre todo de la industria y de los profesionales de la disciplina por un diseño que realmente cambie la calidad de vida de la gente. Fue el que recibió el team de DOM design company –Martin Boschetti, Martin Ries Centeno y Cristóbal Papendieck– quienes recibieron el Ex aequo en la categoría de Diseño y Empresa por su amplio trabajo realizado en el campo de la salud. La empresa cuenta con un equipo de quince personas especializadas en diseño conceptual, ingeniería de producto y materiales, gestión de producción, control de calidad y administración de proyectos para realizar aparatos de altísima complejidad como ecógrafos.

Por otra parte recibió mención en diseño industrial en la categoría producto el mendocino Miguel Gandolfo por su mesa Nudo. Las piezas están realizadas en madera y construidas mediante una sucesión de ángulos diferentes entarugados. “Conceptualmente parten del propósito de la distorsión del ángulo de 90º, fundamental en la carpintería tradicional, para luego forzar la pieza a desplazarse por el espacio de manera libre pero generando la superficie funcional de apoyo necesaria para ser utilizada como mesa. El soporte se completa con un vidrio que aparece como una superficie virtual”, detalla su autor, graduado de la carrera de Artes Visuales de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, quien trabaja como escultor y diseñador.

Otro diseñador que se destacó en producto y además recibió una mención en la categoría de Diseño para el desarrollo por la Cooperación Española por  su “Cmax System (Sistema de urbanización inmediata para refugiados)” fue Nicolás García Mayor de Ar Estudio. Su sistema de refugios de emergencia provee una solución habitacional inmediata para damnificados por desastres naturales o conflictos bélicos. “Cmax System” suministra módulos habitacionales para que una familia entera de hasta diez personas viva, coma y duerma, e incluye núcleos sanitarios. Los refugios Cmax están elevados sobre el terreno evitando los suelos húmedos que exponen a suciedad, gérmenes y frío. El piso rígido con patas telescópicas se adapta a cualquier tipo de superficie y terreno (cemento, piedra, arena o pasto). “El sistema puede ser desplegado en horas luego de un evento, sin necesidad de usar herramientas o grúas. Dos personas pueden armar fácilmente un refugio en once minutos, debido a su diseño eficiente y liviano”, detalla.  García Mayor es diseñador industrial y viene enfocando sus desarrollos a la ayuda humanitaria. Trabajó en Barcelona desarrollando diseño de productos y espacios de arquitectura. Ha sido consultor de empresas líderes como BMW, Audi, Coca Cola, Google o Facebook. Entre otros premios, ha sido reconocido por la JCI como uno de los “10 Jóvenes Sobresalientes del Mundo” por su contribución a la niñez, la paz mundial y los DDHH. Estados Unidos reconoció su innovación humanitaria otorgándole la residencia permanente como Talento Brillante. Es consultor de la ONU, el BID, Masdar Institute en Abu Dhabi, NiFEG (Nigeria Future Energy Group) y Salzburg Seminar en Austria, entre otras instituciones.

En la misma línea, Mariano Cerrella recibió una mención en la categoría de Diseño y Participación Ciudadana por su proyecto “Diseño gráfico para la inclusión social”. El proyecto tiene los objetivos de difundir los Derechos Humanos y temas universales de relevancia social, crear conciencia en la sociedad, e incidir de manera concreta con herramientas de inclusión laboral, a través de la educación del Diseño, en contextos de extrema marginalidad. “Con este propósito se llevaron a cabo dos talleres de formación en la cárcel de Devoto (Buenos Aires). Uno, enfocado a crear una cooperativa de imprenta autogestionada, actualmente en funcionamiento, y otro realizando un taller de cartelismo social, en el que se utilizan como material didáctico afiches de Derechos Humanos y clases especiales con invitados. Los participantes tienen un espacio de reflexión en donde expresar con total libertad, a través del diseño, sus propias ideas sobre las temáticas propuestas”, cuenta este egresado de la FADU-UBA, quien entre otras cosas coordina el Departamento de Comunicación de Ingeniería Sin Fronteras Argentina, cuya identidad visual ha sido distinguida por Hilibrand Japón ’13, ’14, y el CMD de Buenos Aires.

Mientras que las Manto Abrigo, Clara de la Torre y Diana Dai Chee Chaug, emprendimiento que une artesanía y diseño de la forma más ética y comprometida desde hace más de 15 años, recibieron la más que merecida mención en la categoría de Diseño de moda, textil y complementos. Manto es un proyecto absolutamente pionero en nuestro país en el intercambio de conocimientos entre las culturas andina y urbana haciendo que estos dos mundos se relacionen, se fundan y se nutran a través de los abrigos creados. Sus propuestas son atemporales y cada colección se diferencia por los distintos temas que invitan a una reflexión y por la relación con la naturaleza, el respeto, la protección cultural y la integración de conocimientos diversos y necesarios. Las diseñadoras aportan la huella contemporánea del mundo proyectual del diseño urbano reconociendo la sabiduría de una técnica ancestral que, junto con la dedicación personal y el esfuerzo anímico del tejedor, conforman el alma del textil. Trabajan con fibras naturales puras de oveja y llama. Y lo hacen de forma sostenida y coherente desde hace muchísimo tiempo.