Como para seguir enkilombando las noches que sirven de antídoto a tanta cotidianeidad hostil, la muestra Transformance es una rareza necesaria. En anteriores ediciones, performxrs y artistas del desacato perdieron su ropa en público, nacieron drags, se ensamblaron deidades, se enfiestaron cuerpos. 

Lola Bhajan, la cara visible de Transformance III, formó parte de una acción grupal en una de las ediciones anteriores. Aquella vez se masturbaba frente a la concurrencia: “Fue único, aprendí un montón. La palabra trans no la asoció con la gente trans simplemente sino que para mí viene de transformarse, y todxs pasamos por eso. Esta vez hago una performance individual que se llama ‘Descolonizada’ porque es un poco eso, despojarse de las cosas que nos han inculcado otrxs y que no tienen nada que ver con nuestra propia esencia. Voy a representar a una prostituta colonial que relata sus historias con clientes, en mi caso relatando un cuento que escribí basado en una historia personal”.

Desde el atuendo habrá varias intervenciones, entre ellas la de Marcela Duhalde y Luciano Spinelli, que se proponen abrir las ideas que componen al género mediante el desarme de prendas de ropa cuyas partes se resignificarán. “La igualdad de derechos para todas las expresiones de género es una de las condiciones de una sociedad justa. Nuestra performance pretende demostrar que el género se imprime en la última parte del diseño de los atuendos. La mayor parte de las prendas que utilizamos a diario no responden a género sino en contexto, en conjunto con prendas que sí tienen una impronta binaria. Vamos a deconstruir prendas que existen, dividirlas en partes, y con esas partes, en la acción, cada unx se puede cubrir la parte del cuerpo que tenga ganas. Los resultados finales serán tantos como personas hagan la experiencia”.

También será personal la interacción con Guga Nana, experto en bondage y kinbaku, que es una de las formas orientales de atar a las personas. “Si bien soy parte del colectivo BDSM, mis ataduras no están tan relacionadas a la restricción propia del bondage, que es más práctico y directo, sino que muchas veces se convierten en un fin en sí mismo y pueden quedarse en lo erótico sin necesidad de llegar a lo sexual. En la entrada la gente que lo desee podrá elegir llevar una pulsera que exprese su interés en ser atada, yo iré paseando entre el público y viendo quién me inspira a atarle, de qué manera y en qué lugar. El juego será el azar en que artista y obra tienen que encontrarse entre quienes asistan”.

Transformance III: sábado 15 a las 21, Estado de Israel 4116.