“Creo que es parte de la idiosincrasia de los argentinos. La mayoría crecimos escuchando Les Luthiers, poniendo sus casetes durante los viajes, cantando sus canciones, es algo que pasó de los padres a los hijos. Mis padres me llevaron de chico al teatro a verlos, y estoy seguro de que yo haré lo mismo con mis hijos, eventualmente”, le dice Tomás Mayer-Wolf a Rosario/12. Mayer-Wolf es uno de los más recientes integrantes de Les Luthiers, y ya es parte estable de esta “Gran Reserva” que se presentará este fin de semana –viernes y sábado a las 21, domingo a las 20- en el Auditorio Fundación Astengo (Mitre 754).

“Todos los que estamos en la música y en el teatro los admiramos, crecimos teniéndolos como referentes”, continúa Mayer-Wolf, cuyo currículum incluye partituras para cine, teatro, televisión, y la dirección orquestal de numerosos espectáculos de relieve internacional. Pero Les Luthiers significa todavía más. “Yo venía haciendo mucha dirección de orquesta y conciertos, bastante alejado de estar arriba del escenario, así que pasar a tener el protagonismo e incluir la parte actoral y humorística me completó una faceta. Si bien había tenido cierta experiencia, cuando hace unos años creé el grupo vocal VOXPOP, no dejaba de ser algo de lo que estaba bastante alejado. Además, la manera de trabajar que tiene Les Luthiers es única, con un nivel de detalle increíble, excepcional, es una maquinaria que funciona a la perfección. Y es poco frecuente, porque funciona hace 50 años”.

--¿Cómo es trabajar desde esa obsesión pero sin perder la gracia?

--“Gran Reserva” se estrenó hace dos años, justamente en Rosario. Este espectáculo es una selección de obras ya hechas, pero organizadas de manera diferente, para que el espectáculo cobre una entidad propia. Lo hemos ensayado muchísimo, varios días por semana. Obviamente, eran obras que los “históricos” en la parte musical –Carlos López Puccio, Jorge Marona y Carlos Núñez Cortés- ya habían tocado. Así que sólo hubo que repasarlas, cambiando algún arreglo para la nueva formación. Pero una vez que la obra ya está estrenada no se ensaya más. Eso sí, hay mucha atención al detalle durante las funciones, algo que me sorprendió mucho. Ellos siguen atentos cada función, puliendo cosas, corrigiendo algún chiste, y no por estar atentos al detalle el humor va a caer, sino al contrario. Es un grupo donde hay poco lugar para improvisar, porque los libros están tan bien escritos que no hace falta agregar mucho más, sino simplemente ajustar, y parte de ello es para que el chiste sea más efectivo o la música esté más pulida.

El más joven de los seis, Tomás Mayer-Wolf (1982) ocupa lugar estable desde octubre de 2017, cuando Carlos Núñez se jubilara voluntariamente. Tres históricos (Marona, Puccio, Marcos Mundstock) y tres noveles (Mayer-Wolf, Martín O’Connor, Horacio “Tato” Turano) componen ahora Les Luthiers para una gracia que permanece intacta, a pesar de que “hay gente que es bastante reacia, porque les cambiás las caras y no es lo mismo. Pero los números que funcionaban antes, hoy lo siguen haciendo y de otra manera, con una energía renovada”, agrega el músico.

--Reemplazar a Carlos Núñez debió significar un desafío, que tal vez ahora podés tomar con cierta calma.

--“Reemplazante” es una palabra engañosa porque yo creo que nunca voy a poder reemplazar a Carlos Nuñez, así como les sucede a Martín (O’Connor) y Tato (Turano). Daniel (Rabinovich) y Carlos son irreemplazables en lo que significa Les Luthiers en toda su historia. Yo solamente paso a ocupar el lugar que Carlitos dejó vacío cuando se retiró. Mi idea y la de todos es la de poder poner mi impronta y mi carácter. Un desafío gigante. Es como si se fuera un Beatle. Es como estar en el banco de un equipo como el Barcelona: te podés preparar -como lo hice durante tres años- y cuando te llega la oportunidad y te dicen que salís a la cancha, tenés que estar listo para jugar y para hacerlo bien, como lo espera el público y toda la gente que creció viendo a una formación con la que se ha encariñado. Que se integre gente nueva es difícil, pero a medida que pasaron las funciones –y ya hace casi un año que estoy de titular- la aceptación del público estuvo genial. El hecho de que seamos tres nuevos y tres históricos es un cambio muy importante, pero la gente sigue llenando los teatros y eso nos llena de tranquilidad.

¿Por qué Les Luthiers trasciende generaciones? Mayer-Wolf agrega que “en los teatros vemos jóvenes de 15, 16 años, disfrutando del humor al igual que personas de otras edades. Creo que parte de la razón por la cual sigue vigente es porque es un humor atemporal, no hace referencia a nada específico o que se vea en la tapa de los diarios. Hay números que se hacen igual que hace 20 o 30 años y mantienen vigencia. Me parece que ahí está el secreto”.