Es verdad que el nuevo club de Maradona se encuentra en el estado que es sede de la organización criminal más grande e importante de México dedicada al narcotráfico. Pero eso no significa que debamos tomar por cierto el rumor de que el verdadero nombre del club sea “Drogados de Sinaloa” ni que su camiseta sea color blanca de la buena y el pantalón verde marihuana. 

Es cierto que Diego Maradona pidió nuevos jugadores para su plantel. Pero es inexacto que allegados al Cartel de Sinaloa hayan ofrecido varios millones de dólares para comprar los pases del español Pedro Porro, del venezolano Fassano, del brasileño Tuca, del italiano Porrini, del mexicano Fassi, del ex All Boys Scamporrino, de Damián Canuto, de Diego Cocca y del ex Gimnasia Sergio Dopazo.   

Nadie puede negar que telenovelas como “El Chapo”, “El Patrón del Mal”  y “El Señor de los Cielos” están inspiradas en la vida de líderes narcos como el Chapo Guzmán, el personaje más famoso de Sinaloa. Tampoco nadie niega en México que los dueños del Dorados adquirieron mala fama por sus supuestos vínculos con el narcotráfico. Sin embargo, no es verdad que la dirigencia del mencionado club haya propuesto producir las narconovelas “Gramo y Señor”, “El amor tiene cara de Cannabis”, “Fasoleros” y la remake de “Rosa de lejos”: “Blanca de cerca”. 

No es un cuento el hecho de que el anterior DT del club de Sinaloa se llamaba Paco. Francisco “Paco” Ramírez, para más datos. Lo que no está comprobado es que Ramírez, para explicar la pobre campaña del equipo, haya dicho: “Estábamos meados por los perros”. Tampoco está corroborado que a dichos perros les tocó el control antidoping y les dio positivo.

No vamos a dar crédito al rumor infundado ni al chiste fácil que surge de la simple asociación del estado sinaloense con el mundo del narcotráfico. Maradona está en México para hacer un trabajo serio, ya anunció que para el partido contra el club Cafetaleros de Tapachula de esta noche piensa un planteo táctico de 4-3-3, donde lo importante será buscar el desborde. No creemos que el principal mandato en Sinaloa es saber jugar con línea, sea de 3 o de 4, con buenos punteros y pegados a la raya. 

Tampoco damos fe a la versión que dice que en la cancha del Dorados cada domingo se cuelgan más zapatillas en los cables que banderas en las tribunas. Ni que la barra brava del club tenga por cantito insignia aquél que dice: “Vamos Dorados/que tenemos que ganar/En Sinaloa/siempre hay mucho que aspirar”.