@El, no. El, nunca. El, jamás. Eso repetían una y otra vez las brasileñas y brasileños, y algunos argentinos, que se congregaron ayer frente al Obelisco para repudiar al candidato ultraderechista a las elecciones presidenciales de Brasil, Jair Bolsonaro. La de Buenos Aires fue una movilización más de las decenas que se registraron tanto en territorio brasileño como en distintas ciudades del mundo. Hasta Madonna se solidarizó con el reclamo vía Instagram. “¡El, no! ¡El, nunca!”, coreaban con los puños en alto. Que se escuche. 

Los fuertes rayos de sol después de la tormenta habían calentado un poco el asfalto de Cerrito y Corrientes, y que empezaron a circular cervezas en las manos de los presentes, unas 200 personas. La mayoría mujeres, algunos hombres. Algunos envueltos con banderas de Brasil, algunas con remeras violetas, algunas con remeras verdes en las que se leía “América Latina va a ser toda feminista”. Una banda sonora que se repetía: la conjunción de la melodía de la canción Bella Ciao      –símbolo de la resistencia italiana al fascismo– y la letra de Simone Soares y Flavia Simão, que promete ser el nuevo himno del movimiento feminista brasileño. 

Una mañana me desperté y resonaba: él no, él no, él no, no, no. 

“El no puede ser nuestro presidente”, dice Juliana, de 19 años, estudiante brasileña de medicina en la UBA. “Es todo lo que puede tener de malo una persona: homofóbico, racista, machista. Nosotros no podemos aceptar eso”, agrega mientras sacude la cabeza, incrédula por que siquiera haya que sopesar la posibilidad. “El sólo habla de odio. Dijo que las mujeres tenemos que ganar menos que los hombres porque quedamos embarazadas. Yo soy mujer, soy LGTB. Entonces, él representa una amenaza en mi vida”, sentencia la estudiante que tiene escrito “ele não” (él no) en la mejilla y su amiga Raquel, de 20, asiente, envuelta en una bandera de Brasil y con un símbolo de Venus violeta en el cachete. Son algunas de las muchas jóvenes que se acercaron con pañuelos violetas de la causa feminista, pañuelos verdes de la campaña por la legalización del aborto, pintadas las caras de violeta y los ojos llenos de glitter. Igualitas a las más jóvenes de las últimas marchas por los derechos de las mujeres en Argentina. 

“Afuera Bolsatanaro”; “Pienso, luego #ElNo”; “Basta de homofobia”; “Si hiere nuestra existencia, entonces seremos resistencia”, decían los carteles en la manifestación. También se escuchaban cánticos como el repetido “¡Machistas! ¡Fascistas! ¡No pasarán!”. Además, por el micrófono abierto a quien quisiera hablar pasaron homenajes a Marielle Franco        –concejal de Río de Janeiro brutalmente asesinada en marzo– a gritos de ¡Marielle presente! y pedidos por la liberación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, bajo la consigna “Lula Libre”.  

Otros de los presentes apuntaban, asimismo, contra el modelo económico que intentaría llevar adelante Bolsonaro de resultar electo. “Su plan económico está muy a tono con la derecha, con el mercado financiero”, dice Tania, de 53 años y ejemplifica con que el ultraderechista ya dijo que se va a sacar tierras de indígenas que fueron conquistadas por ley y que el vice aseguró que se sacaría el décimotercer salario (lo que sería nuestro aguinaldo). Tania está vestida enteramente de violeta. “Porque acá no hay ninguna bandera de ningún partido y sí una única bandera: Él no”.  

“(Bolsonaro) apoya la militarización y gracias a eso las mujeres negras estamos muriendo”, vocifera en el micrófono una de las miembros de Colectivo Passarinho. Esta organización, que convocó al acto, surgió para denunciar el golpe en Brasil que destituyó a Dilma Rousseff, nuclea a brasileños residentes en Argentina y está formado por mujeres, por LGBTs y por afrodescendientes. “No podemos apoyar un gobierno que nos oprime a la población negra, homosexuales, travestis”, dice y la aplauden, y una vez más: “¡El no! ¡El no!”.

Una mañana me desperté y luché contra un opresor

“En todos los lugares del mundo y por todo Brasil la lucha fue dada principalmente por las mujeres, para decir que él no va a ser nuestro presidente porque no vamos a aceptar otros gobiernos fascistas no solo en Brasil sino en toda América Latina”, afirma Tiago, miembro de Colectivo Passarinho, de 33, residente en Buenos Aires desde hace 7 años. Pero aún así, Bolsonaro encabeza las encuestas para la primera vuelta. “Nosotros creemos que eso tiene que ver con el golpe que se dio en el 2016 a la presidenta Dilma del Partido de los Trabajadores. Desde ese momento, en Brasil no hay una democracia y creemos que eso permitió esta ola fascista, que facilitó que se legitimase este discurso. Pero a la vez, tiene que ver también con el avance de las luchas y de las minorías”, estima Tiago, que tiene una bandera arco iris cruzada en el pecho como una banda presidencial. 

Somos mujeres la resistencia de un Brasil sin fascismo y sin horror

“Aquí no hacemos campaña para nadie, aca es ‘El no’. Nuestro propósito es que no sea él el presidente. Cualquiera menos él. Todo por ‘él no’. Cualquier cosa”, afirma Edna, de 57 años y profesora de portugués residente en Buenos Aires, quien asistió a la movilización acompañada de su hija y de su nieta, que tiene escrita la consigna de la tarde en la mejilla. Bruna, de 8 años, dice que no quiere que Bolsonaro sea presidente porque habla mal de las mujeres. “Nosotras descubrimos que tenemos una fuerza muy grande, que somos protagonistas. Y como descubrimos nuestro protagonismo, tenemos cómo cobrarle a quien lo sea”, dispara.

Vamos a la lucha, para derrotar el odio y predicar el amor. 

Informe: Bianca Di Santi.