La Unión Europea (UE) espera que el discurso de hoy de la primera ministra británica, Theresa May, ofrezca claridad sobre la forma en que Reino Unido busca poner en práctica el Brexit, la salida del país del bloque europeo.

El discurso de May, previsto en torno del mediodía en la Lancaster House de Londres,  se espera con gran expectación, ante los rumores difundidos la víspera por varios dominicales británicos de que podría anunciar un “Brexit duro”. Ello supondría su disposición a dejar el mercado único a cambio del control nacional sobre la migración de los ciudadanos procedentes de territorio europeo. La canciller alemana, Angela Merkel, rebajó sin embargo las expectativas de decisiones rápidas. “Naturalmente que lo seguiremos con atención”, dijo ayer en Berlín. Merkel rechazó las tentaciones proteccionistas y volvió a avisar al Reino Unido de que, si no garantiza las cuatro libertades europeas –circulación de personas, mercancías, servicios y capitales–, no tendrá acceso pleno al mercado interior. Pero, al final, lo que contará será el contenido de la solicitud de abandono de la UE.

Las declaraciones del presidente electo estadounidense Donald Trump en una entrevista concedida el domingo al diario alemán Bild y al británico The Times también se colaron ayer en el debate, después de que ofreciera un posible rápido acuerdo de libre comercio a Reino Unido una vez salga de la UE.

La portavoz de May saludó la propuesta. El entusiasmo de Trump “subraya una de las oportunidades que tendrá Reino Unido tras salir de la UE”, señaló. También lo hizo el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson. “Creo que es una buena noticia que Estados Unidos quiera cerrar un buen acuerdo de libre comercio con nosotros y que lo quiera hacer rápido”, dijo. Sin embargo, debe ser un acuerdo que tenga en cuenta los intereses de las dos partes, matizó.

Además, la portavoz de May aseguró que Londres respetará las normas de la UE que le prohíben firmar acuerdos en solitario con terceros países mientras siga perteneciendo al bloque comunitario. 

“Mientras un Estado miembro siga siendo un Estado miembro, no habrá negociaciones bilaterales sobre cualquier acuerdo comercial con terceras partes”, dijo en rueda de prensa Federica Mogherini, responsable de Asuntos Exteriores de la UE, y subrayó que Reino Unido sigue siéndolo hasta “siete meses del referéndum” en el que venció la opci¢n de abandonar el bloque europeo.

Mogherini hizo estas declaraciones al término de una reunión de cancilleres europeos sobre Siria y Medio Oriente, pero en la que los comentarios de Donald Trump este lunes a dos diarios europeos también estuvieron presentes.

May lleva mucho tiempo bajo presión para que desvele finalmente el modelo de salida del país de la UE y se espera que ofrezca su discurso más relevante desde que llegara al gobierno el pasado julio, precisamente como consecuencia del resultado del referéndum del Brexit.

Los dominicales The Sunday Telegraph y Sunday Times publicaron la víspera que May podría anunciar su disposición a dejar el mercado único a cambio del control nacional sobre la migración de los ciudadanos procedentes de territorio europeo, lo que se conoce como un “Brexit duro”. Un portavoz de May rechazó sin embargo las informaciones como puras especulaciones.

El resto de 27 países de la UE ya dejaron claro que Reino Unido no

podrá seguir siendo parte del mercado único europeo si pretende limitar el acceso de los trabajadores de la UE al país. El tema migratorio jugó un papel dominante en la campaña de cara al referéndum de junio, cuando una ajustada mayoría de los británicos se decantó por abandonar la UE. También las recientes declaraciones del ministro de Finanzas británico, Philip Hammon, parecen apuntar a un Brexit duro. En una entrevista anunció bajas de impuestos para hacer a la economía británica más competitiva respecto de la UE. 

Sin embargo, algunos analistas dudan de que May destape en el discurso de hoy todas sus cartas. Ya en el pasado rechazó un debate público sobre su estrategia de cara al Brexit, al considerar que podría debilitar la postura negociadora de Londres.

May quiere enviar la declaración de salida a Bruselas como tarde a finales de marzo. Pero el mantener ese plan depende también de la decisión de la Corte Suprema británica, que se espera este mes, sobre si May necesitará la aprobación del Parlamento antes de iniciar todos los trámites formales para el Brexit.