Fueron dos semanas en que temblaron los corazones. Una primera en que Haddad, por primera vez, superaba a Bolsonaro en la segunda vuelta, en todas las encuestas. Enseguida vinieron rollos en la misma campaña de Bolsonaro, con declaraciones inoportunas y desencontradas de su vice presidente, de su principal asesor económico y de él mismo, revelando la crisis en su campaña. La semana no podría terminar peor para el ex capitán del Ejército, con la gigantescas manifestaciones convocadas por las mujeres en centenares de ciudades brasileñas –además de docenas de ellas en el exterior–, con  el slogan “El No”, en contra de Bolsonaro y sus declaraciones. Parecía un viraje que consolidaba el favoritismo de Fernando Haddad.

Pero para sorpresa general enseguida salió una encuesta, realizada en los días 28 y 29, este último el día de las manifestaciones de las mujeres, que marcaba una recuperación de Bolsonaro. Otra encuesta, ya posterior a la manifestación de las mujeres, confirmaba el nuevo giro a favor de Bolsonaro. en el análisis se podría consignar el cambio a una reacción brutal de los evangélicos a una criminalización las mujeres, mediante “fake news”, con fotomontajes que mostraban imágenes inmorales de  las manifestaciones, así como supuestas informaciones, igualmente falsas, de supuestas decisiones igualmente inmorales que Haddad habría tomado como ministro de educación. A eso se agregaban nuevas acciones de la justicia en contra del PT, con viejas acusaciones, incluso en contra de Lula. A lo cual se sumó trasferencia de votos de otros candidatos de la derecha hacia Bolsonaro ante la creciente y evidente polarización.

Lo cierto es que a esa semana la sucedió otra, de señal radicalmente opuesta, que cambió las previsiones, a punto que Bolsonaro se volvió a ilusionar con una victoria en primera vuelta, apoyado en encuestas que demostraban que a una primera tendencia, favorable a Haddad, le sucedía una segunda, favorable al candidato de la extrema derecha, que pasó a tener la mayoría de la intención de voto incluso entre las mujeres.

El ultimo debate en TV Globo contó, una vez mas, con la ausencia de Bolsonaro, pero, en el mismo horario del debate, TV Record, de propiedad de un pastor evangélico que lo apoya, presentó una entrevista con él. Dicha maniobra está prohibida por la justicia electoral, porque favorece a un candidato, pero la entrevista salió al aire igual. Bolsonaro manifestó su predisposición, en caso de ser electo, a invertir recursos públicos en TV Record, para que esa cadena sea para él algo así como la Fox para Trump.

Ese puede haber sido un paso en falso del candidato, porque despertó la ira de TV Globo, por el saboteo al debate organizado por ese canal, así como por la muestra de favoritismo abierto hacia un competidor. Las reacciones de TV Globo fueron inmediatas y pueden ser un factor muy negativo para Bolsonaro en la segunda vuelta.

El resultado de la primera vuelta es, mas o menos, el que pronosticaban las encuestas del sábado, con Bolsonaro en primer lugar, disputando la segunda vuelta con Haddad. Las esperanzas de Haddad residen en una transferencia de votos mucho más grande de votos hacia él, así como un rechazo mas grande de Bolsonaro, además de que será inevitable que Bolsonaro tenga que participar de los debates, en los cuales seguramente tendrá un desempeño muy negativo para su campaña. Situaciones que él evitó, alegando no estar recuperado del atentado que sufrió, que le fue muy funcional para preservar su imagen.

El resultado proyecta un segundo turno muy difícil. Bolsonaro jugó todas su fichas para ganar en primera vuelta, incluso decretando que sus asesores no hicieran ninguna declaración. Va a tener una segunda vuelta mucha más complicada que la primera, no solo porque tendrá que enfrentar debates con Haddad, sino también porque habrá una contraposición de programas, que lo desfavorece ampliamente.

Los resultados para gobernadores del nordeste han sido muy favorables a Haddad. El PT y sus aliados ganaron en las nueve elecciones para gobernador de la región, y varios de ellos se hicieron elegir en primera vuelta. Pero el nordeste se mantiene como la única región de izquierda en Brasil. En el resto del país, quedaron disputas abiertas en provincias importantes como San Pablo, Minas Gerais, Río de Janeiro y Río Grande do Sul.

Hemos mantenido informado a  Lula todo el tiempo. Él se mantiene tranquilo, confiado de que se puede hacer un gran ballottage y dar vuelta a la situación.