Eduardo de Montmollin, presidente de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), confirmó que las tres formaciones de la línea B compradas al Metro de Madrid contienen asbesto, un material cancerígeno. “Una empresa autorizada hará la disposición final de los componentes con amianto. A los coches se los chatarreará”, dijo de Montmollin en una entrevista en un portal. Los CAF 5000, fabricados a mediados de la década del 70, fueron adquiridos en forma directa en 2011 por el presidente Mauricio Macri cuando era jefe de Gobierno porteño. Pagó 4 millones de euros, al cambio 182.280.000 de pesos.

A principios de este año, Sbase retiró las tres formaciones del servicio después de que el Metro de Madrid declarara a un medio español que contenían asbesto. “Nunca se tendrían que haber comprado estos trenes, primero porque está prohibido el asbesto en el país y segundo porque también es ilegal su comercialización, con lo cual hay un desastre desde el punto de vista legal para ambos países”, advirtió a PáginaI12 el titular de los metrodelegados, Roberto Pianelli.

–¿De Montmollin admitió que los coches tienen asbesto? –preguntó este diario a una vocera de Sbase.

–Nosotros nunca recibimos la confirmación de parte del Metro de Madrid de que las formaciones tengan asbesto”, intentó aclarar la funcionaria. Asimismo, informó que la semana pasada se enviaron dos coches de los CAF 5000 para ser analizados por un especialista en el taller Magaldi. “Una vez que se terminen esas pruebas, se informarán los resultados a la Asociación de Protección Ambiental (APrA). De confirmarse la presencia de amianto, será este organismo quien autorice la disposición final de esos materiales, en un lugar habilitado para el tratamiento de residuos peligrosos”.

El escándalo en España se desató cuando se registraron cuatro casos de trabajadores afectados por su exposición al asbesto. Dos de esos trabajadores ya fallecieron: Antonio Morán Canseco el 24 de marzo de este año y Julián Martín Rebate el jueves de la semana pasada. “Si no hubiese sido porque aparecen los compañeros de España muertos, esto se tapaba”, opinó Pianelli.

Después de retirar las formaciones, Sbase emitió un comunicado de prensa en el que subrayaba que el asbesto “no representa riesgo para los pasajeros ni para los operarios si no es manipulado”. Sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) asegura que la exposición al asbesto puede causar cáncer y que los síntomas “pueden tardar muchos años en desarrollarse después de la exposición”.

A pesar de la medida tomada por la empresa estatal, los metrodelegados denuncian que aún están en riesgo porque, a partir de distintas pruebas, detectaron amianto en otras formaciones, que datan de los años noventa, aunque todavía no tuvieron respuestas de Sbase. “Se encuentran en los Mitsubishi de la línea B que están acá desde el ‘94, los Mitsubishi de la Línea C que antes estaban en la D y los General Electric de la E”, puntualizó Pianelli.

Desde Sbase confirmaron que se envió una carta documento a Metro de Madrid para reclamar por la venta de los coches con amianto y la forma en la que la empresa se enteró de la presencia de dicho material. El Ministerio de Presidencia español prohibió en 2001 “la utilización, producción y comercialización de las fibras” que contengan asbesto. En Argentina hay dos resoluciones que prohíben este material que datan de 2000 y 2001.

Sbase señaló que la empresa española no les respondió de forma adecuada cuando se les solicitó información sobre las formaciones después de que se conociera el escándalo. La empresa estatal también reclama por los “daños derivados de sacar las formaciones de servicio”.

El ex legislador Facundo Di Filippo inició una denuncia penal para que se investigue la compra de vagones a Metro Madrid durante la gestión de Macri. Di Filippo señaló que se “incumplió el régimen de contrataciones y se evidenció mala administración y falta de planificación en perjuicio del patrimonio de la Ciudad”.

Informe: Ludmila Ferrer.