–Nico, ¿qué opinás de tu décimo séptimo puesto en la maratón?

–Siempre es un orgullo fracasar en una olimpíada representando a mi país.

–Una remera argentina ganó el oro.

–Sí, dale… y una chomba uruguaya ganó la medalla de plata y una musculosa jamaiquina la de bronce, ¿no? ¡Andá!

–¡Esas chicas están jugando a la pelota en bombacha, nena!

–No, abuela, es un culotte y el deporte al que juegan se llama beach handball.

–¡Es una barbaridad! En mis tiempos eso no pasaba.

–¿Las deportistas mujeres jugaban con pantalones?

–No, no jugaban.

–Flaco, yo entiendo que vos seas medalla de bronce en canotaje, genial, te aplaudo y me honra compartir el cuarto con vos acá en la Villa Olímpica. Pero, bueno, cómo te lo digo… yo también soy deportista y mañana temprano compito… quiero dormir…

–¿Y cuál es el problema? ¡Dormí!

–No puedo.

–¿Tenés insomnio?

–¡No, tu kayak arriba de mi cama!

–Nuestro equipo se cansó de ganar medallas doradas y se cansó de ganar medallas de plata…

–¿Y por qué en estos Juegos no ganó ni una de bronce?

–Nos cansamos.

–Decime la verdad, Guillermo, vos no me querés más ¿no?.

–Nada que ver… ¿lo decís porque antes que salir a pasear con vos prefiero quedarme a ver la prueba de ciclismo BMX Freestyle de los Juegos Olímpicos de la Juventud? Vamos, Marcela… no busques vos excusas para que finalmente nos separemos…

–Yo, en el año 1972 perdí el oro…

–¿Participó en los Juegos de Múnich, abuelo?

–No, me refiero al diente de oro que tenía. Fue un pelotazo.

–¿Y aquél de bigotes también es deportista o policía?

–Las dos cosas. Compite en tiro, categoría “gatillo fácil” single masculina.

–No, García, pregunté en el Comité Olímpico pero no, está prohibido practicar tiro al blanco con la foto de algún político.

–Ayer gané una medalla de plata.

–¡Genial, Jessi, te felicito!

–Gracias. Ahora voy por la pulsera y los aritos haciendo juego.

–¿Viste? Los atletas argentinos Delfina Pignatiello, Sol Ordás, Iñaki Iriartes y Agustina Roth se sacaron fotos mordiendo las medallas que ganaron.

–Sí, es una antigua costumbre… Me parece ridículo… Yo, en mis más de 20 años como atleta, jamás lo hice…

–¿Jamás mordiste una medalla que ganaste?

–No. Jamás gané una medalla.