Un canto que atravesó este 33º Encuentro de Mujeres fue el pedido casi unánime de plurinacionalidad, esto quiere decir que a partir de ahora reconozca y abrace a todas las naciones indígenas que habitan la tierra latinoamericana y que son continuamente perseguidas y criminalizadas por los gobiernos, en complicidad con las grandes empresas que explotan los recursos naturales de la región. En esta dirección, los discursos de Ivana Huenelaf, mapuche tehuelche feminista, y Soraya Maicoño, de la pu lof en Resistencia de Cushamen, fueron fundamentales. Huenelaf pidió aunarse con el movimiento feminista, lésbico y travesti para pedir la plurinacionalidad y empezar a tejer más allá de las diferencias y tensiones que pudieran aparecer. “Sé que a algunas puedo no agradarles pero se trata de construir juntas” dijo y pidió el apoyo de toda la comunidad el próximo 29 de octubre, cuando empieza el juicio a ella y otros compañeros por parte del Estado y las fuerzas de seguridad que la reprimieron a ella y a sus compañeros en resistencia. Maicoño, por su parte, explicó que Cushamen en realidad es Curramapu, un territorio recuperado el 13 de marzo de 2015 a Luciano Benetton. “Desde ese día al día de la fecha hemos sufrido todo tipo de situaciones de hostilidad, de criminalización, de judicialización, cárcel y muerte. Nosotras seguimos sosteniendo ese territorio, y aún así siguieron entrando al campo, siguieron quemando nuestras rucas, pero seguimos porque estamos completamente convencidas que para ser mapuches necesitamos del territorio”. Soraya recordó a Berta Cáceres y a Macarena Valdés, sus femicidios producto de la defensa de la tierra, pero además pidió la libertad de Facundo Jones Huala, quien sigue preso por evitar el avance de una hidroeléctrica en su espacio sagrado, en Pilmaiquen.