“Este año tenemos la suerte de que, en medio de semejante crisis, estamos trabajando con cuatro obras a la vez”, se alegra Nelly Scarpitto, repasando la actividad actual de El Nudo: A Un hipo desafinado, que está en cartel en el Centro Cultural de la Cooperación, se suma el estreno para adultos de Las guerras invisibles, más Un tigre en el gallinero, con funciones para escuelas, en el mismo teatro. Y, como el año pasado ganaron el Premio Ariel Búfano de dramaturgia, en el Teatro Sarmiento el Grupo de Titiriteros del San Martín está haciendo su obra La biblioteca de los libros desordenados. “Es algo que agradecemos porque es extraordinario, en medio de este panorama tan duro para sostener la actividad”, celebra la titiritera. 

El Grupo Kukla también sigue con funciones de obras como la premiada Circo Fokus Bokus, donde explotan al máximo las posibilidades del teatro negro y todo su despliegue. Y, al igual que El Nudo, ya está produciendo su próximo estreno, para el año que viene. “Queremos y debemos hacer buen teatro”, es el lema que los guía. “Es una tarea compleja: elegir las temáticas adecuadas para cada edad, imaginar la puesta, adaptar el texto, trabajar con los equipos creativos, realizar la producción y la postproducción… Pero crear para niños y niñas implica otros desafíos: tenemos que conocer mejor su mundo, sus necesidades, sus preocupaciones, sus miedos”, define Antoaneta Madjarova, su directora.