El socialista Fernando Haddad, el candidato derrotado en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de hoy en Brasil, afirmó que, desde la oposición, velará para que se respete a la parte de la población que diverge del presidente electo del país, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

"Tuvimos más de 46 millones de votos, es decir que representamos a una parte expresiva de la población brasileña, que necesita ser respetada", afirmó el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en su primer pronunciamiento tras conocerse el resultado de las elecciones. "Una gran parte de la población diverge de la mayoría y merece respeto", agregó Haddad.

Bolsonaro,defensor de la dictadura militar que imperó en Brasil entre 1964 y 1985, además de machista, racista y homófobo, fue elegido presidente con un 55,54 por ciento de los votos y sustituirá a partir del 1 de enero próximo a Michel Temer. Haddad, que fue el segundo candidato más votado en la primera vuelta con el 29 por ciento de los votos, consiguió un 44,46 por ciento de los sufragios en el balotaje.

En su pronunciamiento tras conocer la victoria de Bolsonaro, Haddad dijo que respetará el resultado de las urnas pero se abstuvo de felicitar a su rival. "Tendremos una tarea enorme en el país como oposición ya que, en nombre de la democracia, tendremos que defender los pensamientos y los derechos de esos 46 millones de electores que divergen", afirmó.

Agregó que, pese a que asumirá el deber de ejercer la oposición, la formación liderada por el encarcelado ex presidente Lula da Silva actuará colocando el interés de todos los brasileños por encima de todo."No dejaremos el país atrás. Lo colocaremos por encima de todo. Defenderemos nuestro punto de vista respetando la democracia, especialmente por lo que está en juego", aseguró el candidato socialista, al insistir en que la victoria de Bolsonaro pone en riesgo la democracia en Brasil.

"Muchos electores cambiaron su voto en los últimos días al tomar conciencia de lo que estaba en juego en Brasil. Vivimos un período ya largo en que las instituciones ha sido puestas a prueba en todo instante, primero con la destitución de Dilma Rousseff y después con la persecución a Lula, pero seguimos con determinación y coraje", agregó.

Aseguró que durante la campaña se cruzó con miles de electores que estaban angustiados y con miedo ante la eventual victoria electoral de Bolsonaro. El ahijado político de Lula dijo que el PT no dejará de ejercer la ciudadanía y de luchar por el fortalecimiento de las instituciones hasta las próximas elecciones presidenciales, dentro de 4 años. "Tal vez Brasil nunca haya necesitado tanto el ejercicio de la ciudadanía como ahora", concluyó.