La ratificación legislativa del presupuesto nacional que elaboró el gobierno de Cambiemos para 2019, y los efectos de la recesión en la recaudación tributaria obligó a la Casa Gris a recalcular el tránsito durante el último año de la gestión de Miguel Lifschitz. Ayer el gobernador reveló que le encomendó a su ministro de Economía, Gonzalo Saglione, que deshaga y rehaga el borrador del proyecto de ley de presupuesto que enviará en los próximos días a la Legislatura. Es que –según él mismo lo dijo- el ajuste nacional hará que el año próximo hay un recorte de 8.000 millones de pesos en los recursos federales girados a Santa Fe. Significa más del 10 por ciento de los 70.100 millones que recibió en 2017 por coparticipación.

“La verdad es que a las provincias llegará mucho menos de lo que recibíamos el año pasado. En nuestro caso, serán 8.000 millones menos, sin contar lo que pueda impactar en las finanzas provinciales la caída de recaudación tributaria con motivo de la recesión económica que ya se nota con claridad desde el mes de julio en el plano nacional, provincial y seguramente que en los municipios también. Vamos a tener un año muy difícil”, avisó el mandatario ayer en el ex Batallón 121, en la zona sur de Rosario, donde inauguró ampliaciones de la denominada Zona I, el parque local de empresas tecnológicas, luego de haber recibido en el aeropuerto al presidente uruguayo Tabaré Vázquez, que vino a recibir el doctorado Honoris Causa, de la UNR.

A la luz de los vientos de ajuste que no dejan de pregonar los ministros de Mauricio Macri, y que todo el tiempo se lo hacen saber a los gobernadores, Lifschitz reveló una decisión que sonó relevante aunque sin entrar en detalles. “La directiva que le hemos dado al ministro de Economía es que rediseñe el presupuesto provincial para 2019 que elevaremos a las cámaras (legislativas) en los próximos días. Siempre sobre la base de mantener la prioridad en obra pública, educación, salud y seguridad –dijo–, mientras que sobre el resto habrá que hacer ajustes, reordenar las partidas para atender las prioridades”.

El deterioro de la economía en los últimos meses cambió el escenario de la relación que Santa Fe procuraba con la Casa Rosada. La expectativa de cobrar la deuda histórica avalada por la Corte se desdibujó. También la presión de Macri por hacerlo firmar a Lifschitz la adhesión al pacto fiscal.

Acerca de la deuda por coparticipación (calculada el año pasado en 50 mil millones de pesos), el gobernador dijo que está “reformulando otra propuesta” (de cobro) actualizada por inflación y con la mora incurrida. “La presentaremos también en la Corte para que esté informada sobre la situación actual”, ratificó. Y sobre la adenda del pacto fiscal requerida por Macri, Lifschitz desestimó: “Ya no tiene sentido porque Diputados aprobó un proyecto que modifica lo que algunas provincias habían firmado 20 días antes”.