Una brigada de la Policía de Investigaciones aparece comprometida en la desaparición de Cristian Enrique, el joven de 22 años, que fue visto por última vez en Cabin 9 donde vive el martes 23 de octubre.

“El pibe manejaba la Surán negra que junto a otro auto secuestró al gitano Collan Miguel. Pero si vas al expediente de la justicia federal no está nombrado: la principal sospecha es que lo dejaron afuera de la causa pero le pidieron plata. La verdad es que dudamos que ellos lo hayan matado, pero sí son capaces de querer sacarle la moneda y el pibe se asustó y está guardado con alguno de los prófugos” le dijo a este diario uno de los principales investigadores de la causa. La “moneda” es parte del rescate : entre 100 y 150 mil dólares que se pagó y que la familia Miguel niega hacia afuera.

Para los pesquisas hay algunas mentiras del entorno de la familia Enrique que alimentan las sospechas: la novia entregó un teléfono de Cristian que no es el verdadero. “Es seguro que no querían que viéramos algo que había en el original”. Desde fiscalía sin embargo desligan a la madre de cualquier maniobra: es la única transparente en esta historia” remarcaron. “Al padre lo apretaron: el viernes en la marcha sobre avenida Godoy y Las Palmeras anduvo dando vueltas mirando todo Tito Vázquez, el que se bajó con la metralleta en la mano para secuestrar al gitano, y que es uno de los tres prófugos de la justicia federal por el secuestro. Hay muchas cosas que no cierran tal como quieren contarlas” se excusa el investigador.

En resumen para el principal pesquisa las hipótesis son sólo dos: está muerto por una venganza por haber participado del secuestro o está escondido con alguno de los otros prófugos: Emanuel Velazco o Gerardo el Oso Isfrán.

La venganza tiene sospechosos: hace ya un tiempo Cristian Enrique estuvo preso en Piñero en el pabellón 7 tras haber sido detenido con dos autos sin papeles. Compartió allí encierro con el Gordo Salomón, quien guarda parentesco con el secuestrado Collan Miguel. Lo raro para los pesquisas es que la bandas que se unieron para este golpe son los Cuatreros y los Stifler (históricas rivales) que venden estupefacientes para un narco apodado Toro que tiene llegada directa con Guille Cantero. Eso es el que no cierra. “Si Los Monos te quieren matar no hacen tanto circo: dos pibes en una moto y cinco tiros. Nada más”, asegura el pesquisa.

Desde fiscalía en tanto Matías Edery comanda la investigación con 14 pesquisas a su cargo divididos en las hipótesis más concretas. El viernes el fiscal arribó a su vivienda junto a la brigada de perros de la Policía Federal. Mientras Prefectura allanó varias propiedades en busca del joven sin resultados.

Cabe recordar que la Policía de Investigaciones fue allanada el 31 de octubre por agentes de Prefectura que recolectaron información en la sede central de Lamadrid al 500. “Mi hijo no desapareció, se lo llevaron”, había denunciado Carina, madre de Cristian tras admitir que están desesperados porque los días pasan y el muchacho no aparece.

Según relató la mujer, minutos antes de las tres de la tarde del martes 23 de octubre, su hijo Cristian se encontraba dentro de su auto con su novia, en Las Tacuaritas y El Ceibo, a metros de su casa de Cabín 9. La mujer dijo que tanto la novia de su hijo como vecinos del barrio le contaron que un Chevrolet blanco sin patente visible se puso a la par. Adentro había cuatro hombres con vestimentas de policías, cuyos chalecos tenían la sigla PDI (Policía de Investigaciones). Los uniformados le dijeron a Cristian que salga del auto y el muchacho obedeció sin ofrecer resistencia. Así lo subieron al Chevrolet y se lo llevaron. El auto blanco dobló en avenida Las Palmeras y despareció.

Para los pesquisas de fiscalia “ los dela PDI lo fueron a ver al pibe y le dieron un plazo de tiempo para que les entregue la plata, y es ahí donde se asusta y se fuga”. Por eso entendemos que puede estar escondido. O nos das la plata o te entregamos, le dijo la policía”.

“A mi hijo lo lleva la Policía, eso me contaron, que tenían uniformes de policías, gorrita de policías, armas y chalecos de PDI. Fue el martes pasado, un día después de la seguidilla de allanamientos que hizo (Maximiliano, ministro de Seguridad) Pullaro en el barrio. Pero nos dicen que no está detenido en ningún lado”, siguió Carina. “Él no tenía el celular encima. Tampoco ninguna identificación, como el documento, porque estaba en la esquina de su casa. Y menos que menos problemas con nadie. Por eso estamos desesperados, como madre sólo puedo pensar que se equivocaron de persona. Por eso nos presentamos en la marcha pidiendo por favor que lo busquen. Vamos a seguir buscándolo, su familia y sus amigos, con pancartas y fotos. Cristian es el mayor de mis tres hijos”.

“Esto se va a esclarecer porque tenemos 31 cámaras de seguridad para analizar movimientos y un álbum, de fotos de la PDI. Lo que nos llama la atención es que el principal testigo que dijo haber visto el secuestro nos dijo que apenas conocía a Cristian del barrio y cuando entras a su página de facebook hasta viajes juntos hicieron. Hay algunas cosas que no cierran” dijeron en fiscalía.