El presidente electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, ratificó ayer que los militares tendrán un lugar importante en su Gobierno, tras reunirse con los comandantes del ejército, la marina y la aviación. El ex capitán del ejército justificó su encuentro con los representantes castrenses diciendo que nada era más justo que un reconocimiento a las fuerzas armadas. Además, Bolsonaro aseguró, según dijo, su estricto apego a la Constitución, al asistir a su primera ceremonia formal en Brasilia como presidente electo. 

“Paulo Guedes (el futuro ministro de Economía) dijo que no habrá recortes en los recursos para las fuerzas armadas. Nada es más justo. Es un reconocimiento a las fuerzas armadas, pero es Paulo Guedes quien manda en la economía”, dijo Bolsonaro antes de participar de un almuerzo con el ministro de Defensa, Joaquim Silva e Luna. 

El ultraderechista también anunció que esperaba completar su gabinete de ministros en las próximas dos semanas, en el que representantes de las fuerzas armadas serán protagonistas. “Estará conformado por 15o16 ministros”, agregó Bolsonaro. Hasta ahora, sólo ha confirmado a su consejero Paulo Guedes en Economía, al general Augusto Heleno en Defensa, al astronauta y teniente coronel Marcos Pontes en Ciencia y Tecnología, al juez Sergio Moro en Justicia y al diputado Onyx Lorenzoni en el despacho de la Presidencia, que controla todos los resortes del poder. 

Antes, en el acto conmemorativo del trigésimo aniversario de la promulgación de la Carta Magna, Bolsonaro afirmó: “En la democracia sólo hay un único norte, que es el de la Constitución”. A la ceremonia en la Cámara de Diputados –donde el ultraderechista ocupó una banca por 27 años–, asistieron representantes de los tres poderes de la Nación: el actual jefe de Estado, Michel Temer, así como los presidentes de las Cámaras del Senado, Eunicio Oliveira, y de Diputados, Rodrigo Maia, y de la Corte Suprema, José Antonio Dias Toffolli, entre otras personalidades. La comparecencia ante el Parlamento fue el primer compromiso del presidente electo en Brasilia, ciudad de la que estaba ausente desde hace meses, cuando comenzó la campaña que lo llevó a ganar las elecciones de octubre pasado. 

El pronunciamiento de Bolsonaro fue bien recibido por varias de las autoridades presentes, que despejaron el temor que despertó en muchos sectores políticos la victoria electoral de este capitán de la reserva del ejército por ser un férreo defensor de la última dictadura militar. 

Antes de que el líder de la extrema derecha tomara brevemente la palabra, el presidente de la Corte Suprema y la procuradora general, Raquel Dodge, parecieron enviarle sendos mensajes en ese sentido. Dias Toffoli había asegurado antes que, en Brasil, el verdadero “mito”, como sus seguidores llaman al ultraderechista, es la garantía de igualdad que la Constitución establece para los ciudadanos, sin prejuicios de origen, raza, sexo, color, edad u otras formas de discriminación, dijo el ministro de la Corte.

Esas mismas garantías fueron citadas por Dodge, quien agregó que la Constitución también establece la libertad de prensa y opinión, de crítica y de reunión, protege a las minorías y obliga a la preservación de la naturaleza, los bosques y el agua. En ambos casos, parecieron alusiones a declaraciones de talante racista, machista u homofóbicas dadas por Bolsonaro en el pasado y en su campaña electoral, en la que también expresó sus reservas por los límites que la ley medioambiental le impone a la agropecuaria.