Después de una nueva jornada de violencia, ataques israelíes y muertos en la Franja de Gaza, las principales milicias palestinas de ese territorio anunciaron ayer una tregua mediada por Egipto y otros países, que, sin embargo, no fue ratificada por el gobierno del Benjamin Netanyahu. 

“Los apreciados esfuerzos egipcios han llevado a reforzar el alto el fuego entre la resistencia armada y el enemigo sionista (Israel). La resistencia armada se comprometerá con esta declaración en tanto y en cuanto el enemigo sionista lo haga”, declaró la institución que nuclea a Hamas, la fuerza dominante en Gaza, la Yihad Islámica y otros grupos armados activos en el territorio. 

Esta declaración desató festejos en Gaza y otros más pequeños en Tel Aviv, protestas de cientos de personas en la ciudad israelí de Sderot, muy cercana al límite de facto con Gaza; un encendido rechazo del gobierno de Netanyahu y un sinfín de rumores sobre qué hará Israel y cuáles son los términos del cese de fuego que se están negociando. 

Apenas una hora antes del anuncio de la tregua, el gobierno israelí dijo que instruyó al Ejército “a continuar las operaciones según sea necesario”. 

Pese a esta declaración, la incertidumbre creció cuando cuatro ministros del gobierno del premier Netanyahu hicieron pública su oposición a la presunta negociación de una tregua con las milicias palestinas en Gaza. 

Encabezados por el titular de Defensa, Avigdor Lieberman, los ministros rechazaron hacer una tregua con Hamas y la Yihad Islámica, según el portal de noticias israelí Jerusalem Post. 

Extraoficialmente, funcionarios israelíes le confirmaron a ese medio y al diario Haaretz que existieron negociaciones, que fueron mediadas por Egipto, la ONU, Noruega y Suiza -estos dos últimos países son grandes donantes de ayuda a Palestina- y que Israel se reservó “su derecho a operar”, es decir, de usar sus fuerzas armadas contra la Franja de Gaza. 

Desde Nueva York, donde se preparaba para una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU convocada hoy para tratar la escalada militar, el embajador palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansour, informó a la prensa que mediadores egipcios están intentando convencer al gobierno israelí de aceptar y respetar la tregua. 

Esto pareció ser confirmado por los renovados llamados de Egipto a Israel a “detener inmediatamente todas las formas de acción militar” contra Gaza y por la declaración del máximo líder político de Hamas, Ismail Haniyah, una voz que no se había escuchado desde que comenzó esta última escalada militar. “Si Israel detiene lo ataques aéreos, podemos volver a lo acuerdos de cese de fuego”, aseguró Haniyah, quien ayer participó de los funerales de los siete miembros de la milicia de Hamas que murieron el domingo a la noche en el operativo militar israelí que desató esta última escalada militar, una de las peores de los últimos tiempos.

Desde entonces, milicianos palestinos lanzaron 460 cohetes contra el sur israelí, que mataron a un palestinos de 48 años que dejó a su esposa y seis hijos para encontrar trabajo en Israel. Además, 30 israelíes sufrieron heridas, y tres de ellos estaban en estado crítico. En paralelo, los bombardeos aéreos israelíes, que incluyeron al canal de televisión de Hamas y una universidad en plena zona residencial, mataron a siete palestinos y dejaron decenas de heridos.