El “gran K”, el cilindro de platino e iridio conservado en Francia y que durante 130 años fue el patrón de medida de peso, será sustituido por una constante matemática que fijará lo que es exactamente un kilo, en la era de las tecnologías de alta precisión.

La Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM, por sus siglas en francés) alberga en Sèvres, cerca de París, el “gran K” o Prototipo Internacional del Kilo (IPK), referencia de todas las medidas de masa en el mundo, ya sea para dosificar medicamentos, cortar fetas de jamón, pesar a un bebé o ajustar maquinaria industrial. Como no es posible calibrar todas las balanzas del mundo en función de este objeto, existen seis copias-testigo.

“El kilo es la última medida basada en un artefacto físico”, subraya Thomas Grenon, director general del Laboratorio Nacional de Metrología y Ensayos de Francia.

La 26ª reunión de la Conferencia General de Pesos y Medidas, que se celebra entre ayer y el viernes en Versalles, al oeste de París, prevé así aprobar una nueva definición del kilo formulada a partir de la constante de Planck (h) de la física cuántica.

Oficialmente, el “gran K” cederá su lugar en mayo a la “pequeña h”. Esta constante, descubierta en 1900 por el físico Max Planck es el producto de una energía por un tiempo. La unidad seguirá siendo la misma, es decir, se seguirá hablando de kilos; solo cambiará su definición.

Pero ¿por qué este cambio? El objeto físico “vive su vida, puede fluctuar”, lo que plantea un problema “dado los niveles de precisión que necesitamos hoy en día” con las tecnologías de alta precisión, explica Grenon. Los científicos se dieron cuenta de que, si bien el prototipo y las copias fueron fabricados en la misma época, de la misma manera y conservados en las mismas condiciones, la masa del primero varió, respecto al resto, unos 50 microgramos. 

Y esto, pese a que el BIPM multiplicó las precauciones para protegerlo. “Está conservado bajo tres campanas de cristal, en una caja fuerte situada en una sala ultralimpia del sótano” del Pabellón de Breteuil de Sèvres, indica Estefania De Mirandes, secretaria ejecutiva del Comité Consultor de las Unidades del BIPM.

La caja está cerrada con tres llaves, conservadas por tres responsables que deben estar presentes simultáneamente para poder abrirla. El acceso a la sala requiere una autorización especial. 

La Conferencia General de Pesos y Medidas reúne a los 60 Estados miembros y de 42 países y entidades asociadas.