El secretario de Trabajo, Jorge Triaca, anunciará mañana en una conferencia de prensa que dejará su cargo el 3 de diciembre, después de la cumbre del G20. También habrá detalles de cómo continuará el área que conduce tras su partida: según trascendió, la secretaría de Trabajo quedará vacante (incluso hay posibilidades de disolverla como tal) y de las funciones principales se hará cargo del que era número dos de Triaca, Horacio Pitrau, quien reportará directamente al ministro de Producción, Dante Sica. Este último pasó a ser, hace ya un tiempo, el verdadero ministro de Trabajo. Ese proceso comenzó con la reestructuración que resolvió el presidente Mauricio Macri, se consolidó cuando fue el interlocutor con la CGT para el bono y se ratifica con la salida de Triaca.

La renuncia se hará oficial en una conferencia de prensa, en la que estarían tanto Sica como Triaca, para dar el mensaje de que no hay rencores entre ellos. Lo cierto es que la relación entre ambos fue desgastándose en los últimos meses, con constantes choques. Los dos tuvieron una serie de reuniones en los últimos días en los que se definieron los términos de la salida del secretario de Trabajo. En el último encuentro también habrían participado el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el presidente Mauricio Macri. La renuncia hace días que es dada por hecha por distintos medios (incluido este diario), pero se hará oficial en la conferencia de prensa de mañana, que hasta ahora no se dijo dónde ni a qué hora será.

Por ahora, lo único que se oficializaría es la salida de Triaca, que está prevista para después de la Cumbre del G20. No habrá un reemplazante en lo inmediato e incluso puede que siga así por varios meses, dado que el puesto hace tiempo lo ocupó Sica. Hay una opción que evalúan en la Rosada: implica directamente eliminar el área donde estaba Triaca (una secretaría de Estado, no una secretaría común) y que los secretarios que estaban bajo su cargo pasen a depender directamente de Sica.

Luego de la degradación del Ministerio de Trabajo, esta decisión podría ser interpretada como el final de esa área. O, visto de otra forma, confirmaría que Sica es, en los hechos, el ministro de Trabajo, como reza su cargo (Producción y Trabajo) y como viene viéndose en las negociaciones con sindicatos y empresarios de las últimas semanas. La salida de Triaca elimina la idea de que puede existir otro interlocutor que no sea Sica. Y le quita del medio un funcionario que supo tener peso propio y que en los últimos meses venía chocando con su superior.

Por lo pronto, quedará a cargo formalmente Horacio Pitrau, el número dos de Triaca. En la secretaría de Empleo está Miguel Ponte, famoso por su frase sobre que despedir trabajadores debía ser natural como "comer o descomer". Ponte podría abandonar el cargo si Sica finalmente decide ubicar allí a un hombre de su confianza (se mencionaba al secretario de Integración Productiva, Fernando Prémoli). También hay versiones sobre la salida del superintendente de Servicios de Salud, Sandro Taricco.

Si finalmente no se elimina la secretaría de Trabajo que ocupaba Triaca, Pitrau es uno de los candidatos a reemplazarlo en forma definitiva, pero también existen otros nombres que se vienen barajando: el abogado de la UOM Tomás Calvo; un funcionario de Transporte, Lucas Fernández Aparicio, que se había alejado del área de Trabajo justamente por diferencias con Triaca. Incluso algunos mencionan la posibilidad de que María Eugenia Vidal "ceda" a su ministro de Trabajo, Marcelo Villegas. Por lo que comentan en Casa Rosada, ganas a Villegas no le faltan.

En la última reunión, Peña le ofreció ocupar la embajada en el Vaticano, pero Triaca ya tendría decidido rechazar ese cargo por motivos familiares. Se quedaría en la Argentina y es probable que le busquen un lugar en el equipo para la campaña del año próximo.

Deja el cargo después de tres años de desgaste por los miles de despidos, los cierres de empresas, las multas millonarias a sindicatos no alineados y tras varios escándalos que lo pusieron en el centro de la escena, como el de la ex casera familiar Sandra Heredia, que difundió un audio donde el entonces ministro la mandaba "a la concha de su madre". Heredia no solo indicó que había estado en una relación laboral informal en la quinta familiar, sino que se conoció que había sido contratada en el sindicato intervenido SOMU, al que Cambiemos había puesto como un emblema de la lucha contra la corrupción sindical. Triaca no fue echado ni por esto ni por otras denuncias de irregularidades en el SOMU. Peña se limitó a decir que había cometido "un error". En las últimas semanas se agitó una nueva denuncia penal en otro sindicato intervenido por Triaca, el de vigiladores privados, donde también lo acusaron de desviar fondos. La causa la tiene el juez Daniel Rafecas. En la Rosada no hablarán, por supuesto, ninguno de estos motivos. El objetivo final, según aducen, es fortalecer a Sica como único interlocutor ante la CGT y los empresarios.