“De la preocupación se pasa al enojo, del enojo a la insatisfacción. Ocho de cada diez argentinos están insatisfechos y la mayor parte de los argentinos se siente perjudicada por el actual modelo económico y, para colmo, cree que la palabra FMI se asocia a los grandes males que tuvo la Argentina”, señaló el analista político y director de la consultora CEOP, Roberto Bacman, durante el panel de debate “Política nacional y elecciones 2019. Una mirada desde la consultoría política”, que se realizó en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. 

La actividad, organizada por el Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales y moderada por su director, Carlos de Angelis, contó con la participación de Hilario Moreno, titular de la consultora Dicen, Pablo Romá, director de la consultora Circuitos, Lucas Romero, presidente Synopsis, y Ricardo Rouvier, titular de Rouvier & Asociados.

Los referentes de las consultoras más importantes del país en materia de sondeos electorales hilvanaron, durante más de dos horas, datos y argumentos para entender el panorama previo a las próximas elecciones presidenciales. 

Bacman, que abrió la mesa, reparó en la necesidad de “superar notablemente a la encuesta, desde el punto de vista descriptivo, y mirar mucho más estratégicamente el escenario para entender lo que pasa”. “Estamos frente a una sociedad tensa con ilusiones truncas y esperanzas que se pierden”, sentenció, al tiempo que advirtió que la imagen positiva del presidente Mauricio Macri “está en el orden del 35 por ciento”. Según el sociólogo, Macri logró posicionarse en el año 2015 y se fue instalando con fuerza, a través de sus dos años de gestión, como el referente del voto antiperonista, “gorila”. En sus palabras: “Hay un electorado de derecha que no encuentra desde 1930 a su representante y un electorado radical y filo radical que alguna vez también representó al pensamiento más de centroderecha” que se siente representado por Macri. 

En consonancia con esto, Romá, en un esfuerzo por leer políticamente los números arrojados por los sondeos, observó que “hay una tendencia importante en la que aquellos votantes de Macri tienen una posición muy cerrada, más allá de las expectativas negativas y de lo mal que se percibe la situación económica, lo que evidencia un componente identitario muy fuerte”.

La economía y la ética

¿Qué va a primar en la próxima elección, la economía o la ética? Según Bacman, hoy son dos las “consignas de referencia dominante” que signan el escenario preelectoral: que se termine con la corrupción o que mejore la situación económica. “Pero si vemos los motivos en cada caso, lo que empieza a aparecer es que es muy probable que el año que viene la gente tenga las dos cosas en la cabeza al momento de votar”, analizó. “Esto significa que, para que el oficialismo gane, tiene que darse la mejor hipótesis económica y, por eso, el Gobierno va a buscar que haya algo de economía y algo de ética, que implica fundamentalmente avanzar sobre las causas contra Cristina Fernández de Kirchner”, agregó.

En esta línea, Romero sostuvo que “lo que hoy está funcionando como factor motivador del voto tiene que ver con los conflictos que dominan el debate público y ordenan preferencias electorales”. Por un lado, mencionó “el conflicto que ha ordenado preferencias electorales en los últimos 15 años en la Argentina”, que es el conflicto kirchnerismo-antikirchnerismo, y, por otro, el conflicto económico, que emergió con fuerza este año. “El macrismo, obviamente, va a tratar de llevar la dinámica electoral a que esté dominada por el conflicto kirchnerismo-antikirchnerismo y por eso es tan importante para el Gobierno que la que esté enfrente sea Cristina y no otro, porque le permite revitalizar este conflicto que ha sido tan útil”, observó el titular de Synopsis.

Para Moreno, en cambio, “lo que determina el escenario es la economía”. El director de Dicen, matizando los argumentos de sus colegas, consideró que “la economía y la corrupción no son temas iguales y de la misma potencia” y, en ese sentido, “la discusión sobre la corrupción funciona como posverdad, pero se habilita sólo si la economía está mínimamente ordenada”. Rouvier, en esta línea, señaló que “el problema de la corrupción es un problema abstracto y el de la recesión es concreto y la gente suele valorar más la situación socio-económica”.

“La grieta no es como si un instrumento de labranza dividiese en dos la tierra”, sentenció Bacman. En la grieta, continuó, “hay un segmento que tiene un anclaje ideológico de derecha y de centroderecha, otro segmento que creció mucho y compone el 45 por ciento opositor y que ideológicamente está más en la izquierda y el centroizquierda, y en el centro están los independientes, que representan casi un 30 por ciento del electorado y son los que ajustan una elección”. Al respecto, Moreno agregó que ese sector independiente es “profundamente heterogéneo” y propuso “pensar en la grieta como algo que sí existe, aunque no de forma estanca, sino con cierta movilidad”.

“Veo un proceso de irradiación o de imán que produce el kirchnerismo y que va atrayendo distintos sectores cercanos al panperonismo”, dijo, en paralelo, Rouvier. El consultor indicó que las condiciones no están dadas para romper la polarización y, en ese sentido, consideró que el Peronismo Federal “está en proceso de reestructuración, sin liderazgo y sin candidato competitivo”. Sobre esto, Bacman aseveró que los números indican “una necesidad de unidad que se está planteando hoy dentro del campo popular, donde no solamente tiene que estar el peronismo, sino también fuerzas progresistas que componen el arco opositor”.

Informe: Sibila Gálvez Sánchez.