Una multitud de enfermerasy enfermeros  marcharon de Congreso a Plaza de Mayo para exigirle al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que se los considere profesionales de la salud. Los trabajadores vestían sus guardapolvos blancos, ambos de colores e incluso cofias y llevaron una jeringa gigante y carteles que afirmaban que enfermería es una profesión. “Despertaron al elefante blanco”, clamaban.

Ayer, día nacional de la enfermería, los enfermeros de hospitales de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, licenciados en instrumentación quirúrgica y bioimágenes, estudiantes y asociaciones vinculados a la salud hicieron un acto frente al Congreso de la Nación para protestar con la reforma en la carrera de salud que aprobó la Legislatura porteña a principios de noviembre. Según la nueva ley, los licenciados en enfermería, instrumentación quirúrgica y bioimágenes no son considerados profesionales de la salud, sino trabajadores administrativos (ver aparte).

“Esta reforma incluye a licenciados en psicología, antropología, sistemas y musicoterapia. No entendemos cómo es que nos dejan afuera a los enfermeros”, dijo a PáginaI12 Verónica Cortese, enfermera que trabaja en la unidad de terapia intensiva del Hospital Alvarez. Cortese y sus compañeras tenían puestas vinchas que simulaban ser una cofia blanca con una cruz roja con brillo. “Yo amo mi profesión, nunca me arrepentí de haberla elegido, pero creo que hace falta que nos reivindiquen porque no somos ponedoras de chatas”, aseguró.

Cortese explicó que hoy la enfermería “es otra cosa, es una profesión” y ya no se dedican “sólo a la higiene y el confort”. “Yo en terapia intensiva me dedico a controlar la medicación, a controlar los monitores y al paciente para que tenga los cuidados básicos que requieren”, contó.

Pasadas las 10 de la mañana, la multitud cortó la avenida Entre Ríos en medio de una lluvia de volantes que decían: “Larreta botón. Los enfermeros somos profesionales”. Arriba de un pequeño escenario, se organizó una radio abierta en la que trabajadores de la salud de diferentes hospitales hicieron uso de la palabra para reivindicar la enfermería. También se cantó el Himno Nacional y se hizo un minuto de silencio por el suboficial primero Víctor Hugo Coronel, enfermero y uno de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan.

“Gracias por despertar al elefante blanco”, exclamó desde el escenario Natalia, enfermera en el Hospital Elizalde. “Somos la columna vertebral del sistema de salud. Ningún otro profesional puede hacer nuestro trabajo”, manifestó y aseguró que se cansaron de ser “discriminados”. “Larreta decía que esta ley sólo era para los médicos, pero incluye 16 profesiones como musicoterapia y sistemas, ¿por qué no nos incluyen a nosotros si somos fundamentales?, preguntó.

Erica, enfermera del Hospital Gutiérrez, denunció que, al no estar incorporados en la carrera de salud, tienen un salario promedio de 21 mil pesos. Consideran que esta cifra no es “un salario decente”. “Todos los enfermeros necesitamos tener dos trabajos para poder llegar a fin de mes”, sostuvo. Si fueran contemplados como profesionales de la salud, accederían a salarios mucho mayores.

Si bien la ley afecta a los enfermeros de los hospitales públicos de la ciudad, trabajadores del sector privado también asistieron a la movilización. Mónica Gudiño es enfermera en una clínica y trabaja en el área de diálisis y aseguró que esta normativa los perjudica porque “empiezan por el público, pero la reforma se va a extender al sector privado también”. “Nosotros también tenemos los mismos bajísimos sueldos que tienen en los hospitales públicos porque nuestro convenio colectivo de trabajo es el mismo”, explicó a PáginaI12. 

Gudiño opinó que, si se los considerara profesionales, los enfermeros podrían “hacer carrera y acceder a otros cargos”. “Podríamos pasar a ser jefes o supervisores de enfermería o, inclusive, jefes en los centros de salud”, precisó. 

Para la licenciada en enfermería, la ley es “una contradicción absurda”. “Nosotros somos los que tenemos relación en forma directa y continua con el paciente. Si bien es el médico quien se encarga del diagnóstico e indica el tratamiento, nosotros somos los que tenemos que fundamentar ese tratamiento”, afirmó Gudiño. “Nuestro trabajo lo hacemos con los conocimientos que adquirimos. Para eso nos preparamos durante 5 años”, argumentó.

Desde el escenario, una enfermera del Hospital Piñero denunció que la reforma de la carrera de salud es “otra forma de violencia de género” porque la mayoría de los trabajadores en enfermería son mujeres. La enfermera señaló que son víctimas de “sobrecarga laboral” y que una de sus compañeras tuvo un accidente laboral “por no contar con la protección adecuada cuando trabajaba con químicos. “Nadie puede cuidar si no es cuidado”, afirmó.

La enfermera también criticó el plan del Complejo Hospitalario Sur, también conocido como el 5x1. El Gobierno porteño quiere reunir en el predio del Hospital Muñiz al Instituto de Rehabilitación Psicofísica y los hospitales Ferrer, Udaondo y Marie Curie. Asimismo, recordó los despidos de trabajadores de salud en el Hospital Posadas. “La única respuesta del Estado es represión y más represión”, denunció.

Alicia Mora es enfermera hace 30 años y trabaja en terapia intensiva del Hospital Español y en la unidad coronaria del San Martín de La Plata. Para ella, “no tiene sentido” que se considere a la enfermería como una profesión administrativa. “Si no se nos considera profesionales, no podemos estar al lado de un paciente bajo ningún punto de vista. Entendemos que la parte administrativa es el registro de lo que se hace. Si no estamos al lado de un paciente, ¿qué vamos a registrar?”, preguntó. 

Para Mora, la importancia de la enfermería reside en que se encargan de “cuidar tanto a las personas sanas como las enfermas”. “Incluso las personas sanas necesitan de nosotros”, explicó a este medio. “Atendemos a las personas sanas cuando hacemos promoción y prevención. También cuando aplicamos vacunas”, explicó a PáginaI12. 

La movilización avanzó por avenida de Mayo hasta llegar a Plaza de Mayo, donde permanecieron hasta entrada la tarde. Entre el sonido de una sirena y los cantos para el jefe del Gobierno “que lo mira por TV”, la multitud aplaudía al grito de “¡enfermería!”.