Otro escándalo sacude a la Cruz Roja Argentina. El presidente de la filial Mar del Plata, Fernando Picardi, fue denunciado por un grupo de 28 ex voluntarias, voluntarios y otras personas cercanas a la institución, por acoso sexual y laboral. La denuncia sale a la luz recién ahora, pero fue presentada el 9 de octubre de 2017 ante la sede central, en Buenos Aires, y quedó a cargo del Tribunal de Ética de la CR, que exigió mantener la confidencialidad del expediente. Pero a más de un año del inicio de la investigación interna, que incluyó dos jornadas, el 23 y 24 de enero, en las cuales las y los denunciantes prestaron declaración ante el Tribunal, dando detalles de las conductas inapropiadas que habrían soportado durante años, según sus relatos, el caso no tuvo resolución, y Picardi sigue como titular de la filial. El sábado, el frente de la sede, en Mar del Plata amaneció con pintadas, con su nombre y la acusación de “acosador”. PáginaI12 habló con una de las denunciantes, quien aclaró que ninguna de las personas que forman parte de la denuncia tiene relación con el graffiti que sacó de la invisibilidad y el silencio la grave acusación que pesa sobre Picardi. 

PáginaI12 consultó al titular del Tribunal de Ética, Alejandro Scarano, que es voluntario y a la vez juez de Santiago del Estero. Scarano ratificó la existencia de la amplia denuncia, y la investigación interna que comenzó el año pasado, pero aclaró que él, en los últimos meses, decidió excusarse de continuar al frente del proceso. Sin embargo, señaló que debería haber novedades pronto. 

“Con todas tiene la misma forma de actuar: Una se anota a hacer un curso de primeros auxilios, que son 10 clases. En la segunda clase él pone su correo electrónico para que le manden mail y contesta con la ‘lista de botiquín’, siempre es lo mismo. Utiliza o ese correo que le envías, o el número de celular que dejás cuando te anotás, o te busca en Facebook y te agrega, contactándose para saber si te gusta el curso, si te interesa seguir en Cruz Roja y te invita a tomar mates a la Filial. Estos mensajes, generalmente a la madrugada. Es muy común escuchar acá en Mar del Plata cuando nombras a Cruz Roja que te digan que el instructor ‘es un pajero’, que ‘manda mensajes a cualquier hora’, que te pregunta si ‘tenés un novio celoso’, si ‘querés ser su amiga’, te invita a salir, a viajar con él”, contó a PáginaI12 Indiana Santillán, de 25 años. Fue voluntaria durante 6 años en la institución. A Picardi lo conoció a los 18, cuando le consiguió un trabajo como promotora de la CR durante el verano, y se convirtió en voluntaria. 

“Un día entendí que lo que este señor hacía estaba mal. Que tenía la edad de mi papá, que no me podía enviar estos mensajes. Ni hacer esas propuestas. Un día me enteré de que yo no era la única, que lo hacía con todas. Juega con su papel de presidente, de poderoso. No deja que hables con otros compañeros, ni compañeras. No deja que seamos amigos entre voluntarios, que nos agreguemos a Facebook. Él tiene la exclusividad para contactarte. Pero un día nos hablamos, nos contactamos, nos contamos lo que estaba pasando, y nos dimos cuenta de que no estábamos solas”, relató la joven a este diario. Un denominador común que observaron, es que había una alta rotación de voluntarias mujeres, que empezaban y se iban. Cuando se contactaron, supieron las razones: las conductas inapropiadas de Picardi, las alejaba de la Cruz Roja, contó Santillán.

En la denuncia que presentaron el año pasado, voluntarias y voluntarios juntaron testimonios de 28 personas, la mayoría mujeres. Entre otras acusaciones contra Picardi, en el expediente consta: 

* “Ha utilizado los datos personales que la gente le brinda confidencialmente a la Institución para poder contactar mujeres, a través de redes sociales con intereses que nada tienen que ver con los perseguidos por la Cruz Roja”. Como prueba, presentaron las capturas de pantalla con las conversaciones, con los intentos de acercamiento “extra-institucional”.

* “Si bien sus contactos o mensajes iniciales parecen ‘inofensivos’ y hasta agradables, con el paso del tiempo toman un sesgo acosador que incomoda a quien los recibe”.

* “Muchas veces los mensajes que ha enviado el Sr Picardi fueron en horarios nocturnos o inclusive de madrugada, lo que resulta extraño viniendo particularmente del referente de una filiar de CR que debiera mantener el decoro y el cuidado en los vínculos y relaciones con sus voluntarios y/o cursantes de primeros auxilios”. 

* “Ha tenido el atrevimiento de contactar de manera inadecuada, desubicada, fuera de hora y con argumentos objetables a hijas y otras familiares de voluntarios activos que prestan servicio hace mucho tiempo en la filial”.

* “Ha utilizado lenguaje inapropiado en algunos de sus mensajes, trasmitiendo ideas o preferencias sexuales sin el expreso consentimiento de quien lo recibe”. 

No es la primera denuncia por acoso sexual contra un directivo de la Cruz Roja. Tal como informó este diario en junio, el presidente de la CR Argentina, Diego Tipping, fue denunciado por una voluntaria de la filial Santa Fe, con seis años de antigüedad en la institución. La joven, de 24 años, presentó primero la denuncia en la Justicia y luego ante el Tribunal de Ética y Garantías de la entidad. Pero el órgano rápidamente la desestimó y le inició un sumario para expulsarla de la CR Argentina, acusándola de realizar una denuncia falsa y maliciosa. La acusaron de adulterar los mensajes de Whatsapp, algunos obscenos, que ella presentó como prueba en los tribunales, donde tramita la causa penal. Incluso, el vicepresidente de la entidad, Osvaldo Manuel Ferrero, informó del caso ante autoridades del Comité de la Cruz Roja Internacional, en una reunión celebrada en Ginebra, y ahora enfrenta también él un sumario, donde el mismo Tribunal de Ética lo acusa de haber violado el deber de confidencialidad y haber adoptado conductas perjudiciales para los intereses de la CRA.