•  El primer gol en contra

Tarde de domingo, de esas que ya no se dan en la Copa Libertadores. Era el 5 de julio de 1960 y en el estadio asunceño Manuel Ferreira 35.000 seguidores de Olimpia se citaron para apoyar la clasificación a la final a expensas del Millonarios colombiano. Fue más fácil de lo esperado. Pero el 5-1 dejó un detalle inédito, sorprendente entonces: el defensor visitante Delio Noriega introdujo el balón en su arco cuando buscaba alejarlo del peligro. El primer autogol de la Libertadores.


  • El primer partido

El primer partido en la historia de la Copa Libertadores se jugó la tarde del 19 de abril de 1960 en el estadio Centenario. Jorge Wilstermann apenas resistió 13 minutos la presión de Peñarol. Al final, los bolivianos regresaron con una goleada por 7-1 y en las filas del equipo uruguayo Luis Cubilla quedó con un mal sabor de boca pues su gol, que pudo ser el primero de la historia, resultó con la rúbrica de Carlos Borges. La maniobra la comenzó por la banda Juan Eduardo Hohberg y terminó con un potente remate de Cubilla que terminó devolviendo el horizontal. El rebote lo pescó Borges y solo tuvo que empujar el balón al fondo. Por las dudas, Borges aumentó 4 minutos después y Cubilla tuvo que esperar al 21 para marcar el suyo, el que allanaba el camino de la goleada presenciada por unos 30.000 espectadores. No obstante, la gran figura del encuentro inaugural fue el delantero ecuatoriano nacionalizado uruguayo y de ascendencia barbadense Alberto Spencer, que aportó cuatro goles. En la Copa Libertadores haría 50 más y se consagraría así como máximo artillero en la historia del torneo.


  • Campeón con Racing e Independiente

Humberto Maschio puede sacar pecho y decir que es el primero que ganó la Copa Libertadores como futbolista y como entrenador. Se destacó en Racing  como volante ofensivo y con La Academia alcanzó la Libertadores en 1967. Luego se formó como entrenador y, aunque también dirigió a Racing, desde el banco fue el artífice de la Libertadores de 1973 que obtuvo Independiente. Genio y figura de los dos clubes de su ciudad natal, Avellaneda.


  • El primer tricampeón

Estudiantes, que no estaba entre los grandes de Argentina, llegó a la Libertadores en 1968 y subió a la cima de América y del mundo. Los Pincharratas dejaron en el camino a Racing, último campeón; al bicampeón Independiente y a Palmeiras en tres finales para ganar el trofeo en el estadio Centenario de Montevideo que albergó su primera final del torneo. De la mano de Osvaldo Zubeldía, precursor del entrenamiento diario y el doble turno. Estudiantes celebró también en 1969 y 1970 para convertirse en el primer tricampeón del torneo y fue finalista en 1971, en donde cayó ante el Nacional uruguayo, en la primera final repetida, pues se enfrentaron en la de 1969.


  • La batalla de los 19 expulsados

Un 17 de marzo de 1971 ocurrió uno de los mayores escándalos de la Copa. La Bombonera fue testigo de la batalla campal protagonizada por Boca, que quedaba eliminado al empatar 2-2 con Sporting Cristal, tras ir arriba por 0-2. El Xeneize debía ganar para avanzar a las semifinales ante un rival sin opciones. Pero a un minuto del final la cancha se transformó en un cuadrilátero por una falta de Rubén Suñé a Alfredo Quesada. La gresca dejó 19 expulsados: 10 de Sporting y 9 de Boca. Y todos a la Comisaría 24 de Buenos Aires, en la que después compartieron pizzas. La Conmebol declaró a Boca perdedor del encuentro y la Bombonera fue suspendida. Boca no aceptó esta sanción y no se presentó a los dos partidos restantes. A semis avanzó sin jugar Universitario.


  • El record de Daniel Onega

Uno de los récords vigentes y más antiguos de la Copa Libertadores lo tiene Daniel Onega, que anotó 17 goles con River en la edición de 1966. “Jugué los 20 partidos, pero convertir 17 tantos no fue fácil. Lo pueden lograr solo quienes tengan la suerte de llegar a la final”, dijo después el goleador, quizá sin dimensionar que su marca, hoy, parece imposible de batir.


  • Padres e hijos campeones

Únicamente tres padres e hijos han ganado la Copa Libertadores y entre todos suman ocho títulos en el torneo. Se trata de los argentinos Juan Ramón Verón, campeón con Estudiantes en 1968, 1969 y 1970, y su hijo Juan Sebastián, que alzó el trofeo en la edición de 2009 también con el Pincharrata. Los otros son uruguayos y la ganaron con Peñarol. Néstor Goncálvez lo hizo en 1960, 1961 y 1966, y su hijo Jorge, en 1987, el mismo año en que la levantó Gustavo Matosas. Su papá, Roberto, fue campeón en 1960 y 1961.


  • La Copa de las estrellas

La edición de 1974, que ganó por quinta vez Independiente, es recordada como una de las que más reunió estrellas en el campo. El campeón tuvo a Daniel Bertoni y Ricardo Bochini, quien vistió solo una camiseta en 20 temporadas, la del Rojo de Avellaneda. San Pablo tuvo a Rocha y Chicao. Mario Alberto Kempes, con Central, se enfrentó con René Houseman, Miguel Brindisi y Carlos Babington, de Huracán. Se destacaron Fernando Morena en Peñarol, Willington Ortiz en Millonarios y Héctor Bailetti en Defensor Lima. También la disputaron Luis Cubilla (Nacional), Ever Almeida (Olimpia), Teófilo Campaz (Atlético Nacional) y Dudú (Palmeiras).


  • El primer campeón por penales

Boca se impuso en 1977 en la primera definición por penales en una final del torneo ante el Cruzeiro. Ambos habían ganado como local por 1-0 y al igualar sin goles en el desempate en el Centenario de Montevideo se llegó a los lanzamientos desde el punto penal en la que celebró su primera Copa el Xeneize, cuando Hugo “el Loco” Gatti le atajó el quinto a Vanderlei.


  • La mayor goleada

En el grupo 2 de la edición de 1970 en el estadio Centenario se dio la mayor goleada del torneo: Peñarol 11-Valencia 2. Pero antes el Valencia, subcampeón venezolano, había caído por 1-0 frente al Nacional uruguayo tras la expulsión de su arquero Omar Colmenares. Tres días después, en una noche lluviosa, jugó contra Peñarol. Por el suspendido Colmenares, el arco lo tomó el lesionado Darío Castillo, que no tenía sustituto. El ecuatoriano Alberto Spencer anotó el primero a los 30 segundos y volvió a marcar minutos después. Por partida doble también lo hicieron Julio Losada, Nilo Acuña, Ermindo Onega y Pedro Rocha, más uno de Waldemar Cáceres. Por esos 11 goles Darío se fue con sus guantes a otra parte, dejó el fútbol y se dedicó a la música.