Los presidentes Mauricio Macri y Xi Jinping, mandatario de China, se reunirían el domingo 2 de diciembre, luego del cierre de la cumbre del G-20, en la residencia de Olivos. El objetivo será acordar una serie de puntos de la agenda bilateral para los próximos años. Uno de los elementos del acuerdo sería la formalización del intercambio de monedas (swap) por el equivalente en yuanes a 8500 millones de dólares, según lo negociado recientemente en Beijing por el presidente del Banco Central, Guido Sandleris. “Argentina se ha convertido en uno de los socios estratégicos de China más importantes en la región de América latina”, señaló el embajador de China ante Argentina, Yang Wanming, en un encuentro con periodistas previo a la cita más importante del multilateralismo global.

“Apoyamos a la Argentina para que celebre una cumbre exitosa. Estoy convencido de que la cumbre será un éxito”, sostuvo ayer Yang Wanming. Confirmó que Xi Jinping espera mantener en Buenos Aires encuentros con sus pares de Rusia, Vladimir Putin, y de Estados Unidos, Donald Trump, en el marco del G-20. “Medidas proteccionistas han deteriorado el crecimiento de la economía mundial”, remarcó el embajador chino en Buenos Aires. El principal duelo de los chinos es con Donald Trump a causa de la guerra arancelaria entre ambos países, que si bien afecta a una porción minoritaria del intercambio bilateral, implica un cambio de tendencia en el camino de la liberalización y la apertura de flujos comerciales.

Además del swap de monedas para reforzar las reservas del Banco Central, uno de los puntos de acuerdo entre ambos países sería el fin a la doble tributación entre las empresas que comercian y que hoy pagan dos veces impuestos al entrar a uno u otro país. También habría avances en el comercio electrónico y un acuerdo para la apertura de nuevos mercados para ambos países en productos como ovinos, porcinos, miel y cerezas.

Según fuentes oficiales, uno de los principales atractivos que China encierra para el gobierno de Mauricio Macri es la posibilidad de invertir recursos para la explotación del yacimiento de gas no convencional en Vaca Muerta, Neuquén. En tanto, los chinos conservan como su principal interés la mega-obra de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz, acordadas con el gobierno anterior. También sigue en negociación una central nuclear que quieren construir los chinos con tecnología propia para el año 2022 por un total de unos 8 mil millones de dólares.