El sitio conocido como Tres Ombúes, cuya denominación es yacimiento Ezeiza III, se conoce desde la década del 30 del siglo pasado como reservorio arqueológico. El investigador Florencio Villegas Basavilbaso publicó en 1937 los primeros hallazgos de piezas de culturas cazadoras recolectoras en lo que se llamó estación Querandí. Tras un período de casi cuarenta años en que el sitio quedo casi abandonado, en la década del 80 el arqueólogo Daniel Conlazo rescató nuevas piezas prehispánicas.

Miles de fragmentos de cerámica y cientos de  piedra, y restos óseos fueron levantados del lugar. Son similares a los encontrados en al Parque Rivera Sur, cerca del cauce original del Riachuelo. Cerámicas y artefactos de piedra que tienen características parecidas en ambos lugares, y aunque tienen cierto grado de contemporaneidad y hasta posible solapamiento, los de Tres Ombúes serían del año 1000, unos trescientos años anteriores al de Cauce Viejo, el sitio de excavación arqueológica más antiguo dentro de la ciudad de Buenos Aires. El arqueólogo Marcelo Weissel, que pudo ingresar al lugar por última vez en 2015, explicó que el lugar fue un sitio escuela al que iban los estudiantes de expedición, y un sitio que no se terminó de estudiar. “En 2008 quisieron poner una planta de residuos del Ceamse y los vecinos se opusieron. Después se conformó el colectivo Tres Ombúes, y el sitio fue declarado Patrimonio Arqueológico”, explicó el investigador que presentó, a través del Instituto Nacional de Antropología, una denuncia en Interpol para la preservación del sitio. “Lo que se preservaba es una superficie más bien chica, unos 200 metros cuadrados”, aunque todo alrededor también forma parte del yacimiento. Para Weissel, el lugar tiene un valor simbólico, que es el que reclaman las comunidades actuales, y un posible valor material, ya que la tierra aún puede guardar piezas de aquellos primeros pobladores de la región pampeana. Querandíes para algunos, cazadores recolectores para otros.