"Si yo fuera el Presidente, cierro el Congreso y manejo por mi cuenta. Hay que volver a lo riguroso, al garrotazo. Garrote, garrote y garrote, es la unica solución, porque mientras siga la democracia con estas leyes, el problema de la inseguridad no lo van a solucionar. Porque  nadie va preso". Tal definición corrió por cuenta, ni más ni menos, de un intendente -electo y reelecto por el sistema democrático, dicho sea de paso-: Enrique Marucci, jefe municipal de San Jorge.

El dirigente gobierna esa ciudad de 22.000 habitantes en el departamento San Martín desde 1999, y lo que dijo el viernes pasado en una entrevista concedida al cable local. Los periodistas Flavia Giaime y Rubén Reschia abrieron la puerta al pensamiento vivo de Marucci sobre la inseguridad, sus causas y las instituciones cuando le dieron este pie: "Le insisto con el diálogo del comisario cuando llamó a (Tribunales) Santa Fe para avisar que había detenido al autor (de un delito). Y allá no se le rieron en la cara pero minimizaron el tema", introdujo el entrevistador.

"Estamos a la deriva y nadie va preso -respondió-. Ahora hay que tener la prueba firme. Antes se detenía a una persona por sospechoso, pero hoy no se puede hacer más. Ustedes saben que las leyes cambiaron. Y el socialismo tiene esa mentalidad, muy flexible con la gente", opinó.

Marucci es el titular del Ejecutivo por el partido Unión Vecinal San Jorge, un espacio político iniciado por su antecesor, Nelsis Muriziasco. Este dirigente -fallecido en 2009- no había necesitado de partidos para ser intendente, porque lo fue dos veces bajo dictadura militar: entre 1967 y 1973, y entre 1976 y 1982. Luego sí, ganó la elección de 1987 y fue intendente hasta el 99, cuando lo sucedió Marucci de manera interrumpida hasta hoy.

"Esto -prosiguió el jefe municipal- no es un tema de derecha o de izquierda, es un tema de delitos, pero hay una ideología de esa naturaleza. Con este tema de los Derechos Humanos estamos cayendo a un abismo. Antes eran para salvar a las víctimas, por si te metían preso y los policías te pegaban. Pero ahora son para los delincuentes. Cambien las leyes que ahora favorecen la delincuencia, que sean más duras y vaya todo el mundo preso: que le devuelvan la autoridad a la policía, para detener a cualquiera que viene a vender a los pueblos, por averiguación de antecedentes o sospechoso. ¿Cómo puede ser que no podemos detener a nadie si no tenemos la prueba fehaciente?", se preguntó.

Marucci cargó contra los poderes Legislativo y Judicial como origen del problema. Se declaró con "las manos y los pies atados por leyes que no concuerdan con la realidad. Que la Cámara de la provincia y el Congreso hagan leyes firmes o se vayan. Si yo fuera el Presidente cierro el Congreso y manejo por mi cuenta. Hay que volver a lo riguroso, al garrotazo. Mientras siga la democracia con estas leyes que tenemos nadie solucionará el problema de seguridad. Porque nadie va preso".