1) Empecé a tatuarme un poco por moda, por querer tener un tatuaje. Además uno de mis hermanos, que era mi referente, tenía un par de tatuajes (apenas uno o dos chiquitos). Yo como lo seguía mucho a él yo quería tener uno, pero obviamente mis viejos no me dejaban. Yo vivía en Rosario pero me pasaba todos los veranos en el pueblo de mis abuelos (Las Rosas, Santa Fe). Un verano la cansé tanto a mi vieja y aprovechando que me iba a lo de mis abuelos y que no la iba a ver en dos meses. La condición de que fuera un tatuaje chiquito. Yo le dije: “está bien me hago algo de tamaño de una cucaracha”. Fui a un tatuador de pueblo, de esos que te armaban el tatuaje directamente con agujas de cocer. No sabía que hacerme y elegí de las revistitas que tenían ahí. Al final me hice un dragón medio trival, los tribales se usaban mucho en esa epoca. El tatuador no me lo quería hacer porque en esa ciudad (que era chiquita) ya se lo había hecho a otro chico. Para convencerlo le dije que yo no era de la ciudad y que me iba rápido. Y al final, después tuve problemas con el tatuador porque me terminé quedando como 2 meses y el otro chico con el dragón me vió el tatuaje y se armó medio un escándalo. Ese fue mi primer tatuaje: el dragon que tengo en mi pantorrilla derecha. 

2) A los 18 años me di cuenta de que quería tatuarme más. Tenía un amigo que había fallecido y me había regalado unos dibujos, y me los quise tatuar. Fui a un tatuador que me dió mil vueltas y nunca me hizo los dibujos de mi amigo, me hizo lo que hizo. Para ese entonces el dragón no había dejado de gustarme como para taparlo pero había quedado como chiquito y lo quería completar y lo completé un poco con lo que hizo este tatuador. 

3) Después de un par de años empecé a hacerme reiki y terapias alternativas y hasta hice la maestría en reiki. Estaba muy metido en esa onda y con la cuestión budista. Entonces se me ocurrió tatuarme un buda y los chakras. Unos amigos me recomendaron un tatuador allá en Rosario: José (también conocido como Don Zapata) de Slave Tatto, que terminó siendo el tatuador que mantengo hasta el día de hoy. Él me armó el diseño con todo lo que yo quería. Ese fue el tatuaje que me hice: en el costado derecho de las costillas, ingle. José pensó que no iba a volver más porque fue una sesión que duró entre seis o siete horas. La verdad fue el tatuaje que más me dolió (porque la zona de las costillas es la que más duele). Sufrí, terminé con fiebre a la noche y todo, pero me lo terminó en una sola sesión. Yo quedé feliz. Entonces me dije: yo voy a seguir viniendo acá y me voy a seguir tatuando.

4) El cuarto tatuaje me lo hice luego de pasar un momento medio complicado de mi vida, que implicaba salud, familia, de todo un poco. Entonces se me ocurrió tatuarme en el brazo izquierdo a Ganesha, que está considerado en destructor de obstáculos, junto al Buda de la abundancia (el Buda anterior es más de armonía). Ese es el tatuaje que más me gusta, por la significación y el momento que me lo hice. Tenía 24 años. Ganesha llevó tres sesiones de tres horas, cada 15 días. En esa época yo todavía vivía en Rosario. Ahora me organizo para tatuarme con tiempo así coordino un fin de semana largo para irme a Rosario: Don Zapata me reserva todo el viernes para mi y el resto de los días visito a mi familia. Suelo hacerlo 2 o 3 veces al año dependiendo la situación económica claro. 

Sebastián Freire

5) El siguiente tatuaje como cierre a toda esta situación fue el Ave Fenix que tengo en el muslo. Que tiene el significado del renacer. Después de Ganesha que se llevó todo renacemos con el Ave Fenix para buscar nuevas oportunidades. 

6) El otro brazo ya me lo tatué con otro criterio, pensándolo como una totalidad con un mismo estilo: oriental. Empezamos con la Geisha porque tiene esa cuestión de que es el ama del arte que representaría todo mi lado más artística artístico y me gustaba la figura femenina en si. Y cuando empezamos a indagar un poco encontramos esta imagen bastante seductora. Después, para completar el brazo, seguimos con la figura de la grulla (un pájaro bastante originario de la cultura oriental) y más abajo está el Daruma. Un Daruma es una pelotita roja que es como una personita con un solo ojo pintado. Las creencias dicen que fue una persona que estuvo meditando solo e inmobil, en posición de loto en una cueva, entonces se le atrofiaron las extremidades, por eso se representa como una bolita. Se dice que hay que pedir un deseo y se le pinta un solo ojo y cuando se consigue el deseo se le pinta el otro. Por eso mi daruma solo tiene un solo ojo pintado.

7) En mi relato omití algo: en la espalda tengo un tatuaje tapado. En la epoca de los noventas que se usaban los tribales me hice uno en entre los omoplatos. Busqué el diseño por internet y encontré una foto de re mala calidad de un tatuaje en una espalda.. El tatuador de esa época cuando vio la imagen empezó a los gritos, diciendo que esa imagen estaba distorsionada porque no era una imagen plana y que entonces no la podía copiar. En definitiva ese tatuador terminó haciendo medio lo que quiso. Con el paso del tiempo dejó de gustarme el tribal y además no tenía nada que ver con los diseños de los otros. Como yo quería hacerme algo con mandalas más con lineas y puntillismo, Don Zapata me dijo que tapemos el tribal con un pleno negro (yo anteriormente había querido hacerme un pleno negro en un brazo). Así que fuimos armando el diseño completo de la espalda de a poco. El corazón pleno negro ya tiene 2 o 3 años. Ahora vamos construyendo en los espacios que van quedando libres. Quiero la espalda completa llegando a las nalgas. Ya casi está todo cubierto pero quedan espacios.

8) Hasta abril mayo no creo que me vuelva a tatuar. Mi próximo viaje a Rosario es en diciembre pero no creo que me tatúe porque los tatuajes nuevos hay que cuidarlos mucho del sol y yo tengo que meter familia, playa, sol y entonces no. 

Me encantaría tatuarme más el cuello y la cabeza pero como yo trabajo en una oficina tal vez sería para problemas. Siempre me preguntan: ¿hasta cuándo te vas a tatuar?, ¿te vas a seguir tatuando? La respuesta es SI, espacio me sobra. Es cierto lo que dicen: es un vicio.