Con una temperatura baja muy poco habitual para esta época del año, la ciudad de Buenos Aires recuperaba esta mañana su vida habitual tras las jornadas de calles valladas, zonas de exclusión y limitaciones en los servicios de transporte que acompañaron la realización de la cumbre de líderes del G20.

Los servicios ferroviarios y de subterráneo volvieron a funcionar -con el organigrama característico de los días domingo- a excepción de la línea Mitre, que recién volverá a la actividad mañana.

Con la partida de la mayoría de las delegaciones desaparecieron los móviles y efectivos de fuerzas de seguridad que abundaron por las calles mientras duró el G20. La mayoría de los vallados fueron corridos para permitir el libre paso de los vehículos por zonas que habían estado vedadas como mínimo en las 48 horas precedentes.

Sin embargo, algunos cortes de calles se mantenían esta mañana, como el establecido desde el jueves en el perímetro circundante al hotel Intercontinental, donde se alojó el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Las líneas de colectivos que debieron alterar sus recorridos por los cortes de calle retomaron hoy sus itinerarios habituales y las terminales aéreas volvieron a funcionar, aunque en algunos casos se preveían demoras en los primeros vuelos. La terminal de ómnibus de Retiro, cerrada durante el tiempo que duró la cumbre, reabrirá por la tarde.