PáginaI12 En Perú

Desde Lima

Un duro golpe para el ex presidente Alan García. Se le cayó la maniobra para eludir a la Justicia que lo investiga por corrupción, luego que el gobierno de Uruguay le negó el asilo que había pedido alegando una supuesta persecución política, argumento que no se sostenía en la realidad y que el gobierno de Tabaré Vásquez ha rechazado con contundencia. El pedido de asilo de García fue interpretado como un intento de fuga luego que un juez ordenara su impedimento de salida del país en el marco de una investigación fiscal por el pago de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht para la construcción del Metro de Lima durante su segundo gobierno (2006-2011). Terminada su primera administración (1985-1990), García había logrado eludir investigaciones por corrupción recurriendo a la misma figura del asilo (ver aparte). Esta vez, la jugada no le ha funcionado. El gobierno peruano recibió con satisfacción la decisión de Uruguay de negar el asilo. 

García, que había ingresado a la residencia del embajador uruguayo en Lima la noche del pasado sábado 17 de noviembre, horas después que se dictara su impedimento de salida del país, abandonó ayer temprano la vivienda del embajador Carlos Barros. El ex mandatario no tiene orden de detención, sino solamente de impedimento de salida del país, por lo que pudo salir sin problemas de la residencia del embajador uruguayo. Desde su casa emitió un comunicado señalando que iba a cooperar con las investigaciones judiciales y acudir a todas las citaciones que se le hagan, pero su pedido de asilo, un claro intento de eludir esas investigaciones, lo desmienten. 

Fue el propio presidente Tabaré Vásquez quien informó la negativa del asilo. “No hay persecución política”, dijo el mandatario uruguayo al referirse al caso de García. “En Perú funcionan autónoma y libremente los tres poderes del Estado, y es precisamente el Poder Judicial el que está llevando a cabo las investigaciones de eventuales delitos económicos. Por estas consideraciones, estrictamente jurídicas y legales, no concedemos el asilo al señor Alan García”, señaló el presidente. Concederle el asilo al ex mandatario peruano, investigado judicialmente por corrupción y en un contexto en el que es evidente la inexistencia de una persecución política, habría puesto en serios aprietas al gobierno de Vázquez.  

La contundencia de Uruguay al momento de negar el asilo juega en contra de García ante un posible nuevo intento de buscar refugio en alguna otra embajada. Han circulado versiones que García habría sondeado sin éxito pedir asilo en Chile y Costa Rica. Esas gestiones se habrían realizado días atrás, cuando crecían sus dudas sobre la decisión del gobierno uruguayo, que en un inicio estaba convencido sería a su favor, cálculo que le falló. Su abogado, Erasmo Reyna,  negó que García intentará un segundo pedido de asilo. 

“En el Perú nadie tiene corona. Nuestra democracia muestra la independencia de poderes y el debido proceso”, escribió en Twitter el presidente Martín Vizcarra conocida la noticia del rechazo al pedido de asilo hecho por García. 

“Esta decisión (negar el asilo) ha sido una buena decisión que fortalece las muy buenas relaciones con Uruguay”, señaló el canciller Néstor Popolizio. Distintos sectores políticos, analistas e incluso la jerarquía de la Iglesia Católica, también elogiaron la decisión de Uruguay de negarle el asilo a García.   

El ex presidente Alan García es investigado por la fiscalía por el pago de 24 millones de dólares de sobornos de Odebrecht para la construcción del Metro de Lima durante su segundo gobierno. Por este caso están detenidos un viceministro y otros funcionarios del gobierno de García. Documentos de la empresa brasileña revelan que ésta le pagó a García 100 mil dólares por una conferencia, encubriendo el pago a través de un testaferro para ocultar el origen del pago, que se hizo desde la oficina de la empresa encargada de abonar los sobornos. La entrega de estos 100 mil dólares es una primera evidencia documentada que el ex presidente recibió pagos ocultos de Odebrecht. Es por el caso del Metro de Lima que un juez ha ordenado el impedimento de salida del país de García, que también es investigado judicialmente por otros casos de corrupción (ver aparte).

Ha trascendido que Jorge Cuba, viceministro de García en prisión preventiva y pieza clave en el esquema de sobornos pagados por Odebrecht por el Metro de Lima, estaría negociando un acuerdo de colaboración con la fiscalía, algo que puede complicar seriamente al ex presidente. De otro lado, la fiscalía peruana cerraría esta semana un acuerdo de colaboración con Odebrecht que le permitiría acceder a información clave para destapar la inmensa corrupción en el Perú relacionada a esta empresa. Otro motivo que tiene muy nervioso al ex presidente que se quedó sin asilo. 

Rechazado su pedido de asilo, ahora García dice que se quedará para colaborar con las investigaciones judiciales. Hace unos días también había dicho que se quedaría para responder a los cargos en su contra y poco después pidió asilos. Sus antecedentes, pasados y recientes, dejan fundadas dudas sobre sus intenciones de someterse a la Justicia. Distintas voces están pidiendo que se ordene su detención preventiva para evitar un nuevo intento de fuga.