El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, cumplió su deseo de casarse con Tulia Snopek, la hermana del senador justicialista Guillermo Snopek, su novia desde hace un año. Como no pudieron hacerlo en un registro civil dado que la novia aún no obtuvo el divorcio de su ex marido, lo hicieron con un ritual andino en la localidad de Purmamarca que transmitieron en vivo por Facebook. “Que tu amor y tu energía nos acompañe por siempre, te amo”, le dijo el gobernador. La novia no se quedó atrás: “Te entrego esta chuspa como símbolo de respeto y autoridad. Espero que transitemos toda la vida juntos amándonos y respetándonos”. La chuspa, para no generar suspicacias, es un pequeño bolso tejido tradicional de los pueblos andinos. 

El contador Gerardo Morales, de 59 años, es divorciado y tiene tres hijos. La escribana Tulia Snopek, de 45 años, también tiene tres hijos y desde hace tiempo disputa una áspera batalla judicial con su segundo ex marido, el abogado tucumano Carlos Marti Coll, con quien mantiene tres litigios de divorcio, dos en Tucumán y uno en Jujuy. Marti Coll y Snopek se casaron en noviembre de 2015 pero cada uno continuó viviendo en su provincia y viajaban para verse. La particular relación terminó a principios de este año, cuando en los medios apareció la foto de la escribana junto al gobernador Morales en una bodega de Mendoza. Allí su marido inició los trámites de divorcio y la guerra judicial. 

Snopek viene de una familia peronista, adversaria de Morales en la provincia. Su padre fue el ex gobernador Guillermo Snopek, quien falleció en 1996 en un accidente automovilístico. Su herencia abrió una disputa con su hermano, el hoy senador Guillermo, por la propiedad de un registro automotor y desde entonces están distanciados. Tanto es así que el senador Snopek asumió la defensa de Marti Coll en el juicio de divorcio. 

Uno de los ribetes más rocambolescos del proceso judicial ocurrió a propósito del litigio por una camioneta Audi Q3, que Snopek reclamaba pero su ex marido le negaba. El juez Isidro Cruz –cercano a Morales y uno de los magistrados que hostiga a Milagro Sala y a la Tupac Amaru– ordenó entonces su detención. Marti Coll se vio obligado a profugarse a Tucumán. El senador Snopek denunció la situación en la previa de la sesión del Senado en la que se debatió el aborto. “Patético lo suyo. El Senado no es tribunal de Familia”, le respondió Morales en Twitter.

Un tribunal jujeño emitió su fallo de divorcio pero la Cámara de Familia y Sucesiones de Tucumán bloqueó la anotación de la sentencia. Llegados a este punto, Morales dijo que si no salía el divorcio para el 15 de diciembre –era la fecha programada del civil– se casarían igual a través de un ritual indígena. Poco después, la oposición denunció como una luna de miel anticipada el viaje que el gobernador y Snopek hicieron a Francia en septiembre pasado, con fondos oficiales y una agenda con muchos blancos.

Save the date (reservá la fecha) dice el cabezal de la tarjeta que la pareja repartió entre los invitados a la fiesta que planean para el 15. Del inglés pasaron a la ceremonia andina de ayer, transmitida en vivo, al pie del cerro Los Colorados, en Purmamarca. El ritual arrancó al mediodía. Con el fondo de una banda de sikuris, los novios, envueltos en una manta, pidieron la bendición de la naturaleza. Su atuendo no era telúrico. La novia lució un vestido blanco diseñado por Javier Saiach, mientras que Morales usó un traje clásico azul. Siempre acompañados por los guías espirituales llamados Kusi Killa y Wanka Willka, accedieron a una limpieza energética donde intercambiaron la chuspa, semillas, flores y otros elementos donde se juraron amor. “Espero que la pacha nos dé la entereza para defender nuestro amor”, pidió Morales. “Ger”, replicó Snopek, “desde que te conocí me cambiaste la vida”. Después de la ceremonia hablaron con la prensa. Anticiparon que buscarán un hijo y que para la fiesta del 15 esperan contar con la presencia de Mauricio Macri y Juliana Awada.