PáginaI12 En Perú

Desde Lima

El referéndum del domingo sobre cuatro reformas constitucionales terminó en un contundente triunfo del presidente Martín Vizcarra. Ha sido una amplia victoria electoral que fortalece al mandatario peruano ante un Congreso dominado por un fujimorismo hostil a su gobierno. El referéndum trascendió el contenido de las cuatro preguntas puestas a consulta y se convirtió en un plebiscito para elegir entre respaldar al presidente Vizcarra o a la oposición fujimorista. Y el presidente ganó con una amplitud demoledora. El fujimorismo y sus aliados del Partido Aprista del ex presidente Alan García han sido los grandes derrotados. 

En cada una de las cuatro preguntas puestas a consulta de la ciudadanía, 85 por ciento o algo más de la población votó como había pedido Vizcarra. De acuerdo con resultados no oficiales a boca de urna, un 85,2 por ciento de los peruanos aprobó prohibir la reelección inmediata de los congresistas, otro 85 por ciento dijo sí a establecer controles al financiamiento de los partidos políticas y campañas electorales, un 87,1 por ciento respaldó una reforma judicial que crea un nuevo organismo encargado de designar y destituir jueces y fiscales, y el 85,1 por ciento rechazó una cuarta reforma para volver a un Congreso bicameral.     

“El pueblo se ha expresado de manera masiva. Este referéndum era muy importante, pero el referéndum de por si no cambia todo, es el inicio de un cambio que nosotros buscamos para el Perú. Este resultado indica que la democracia se ha fortalecido y estamos en camino a hacer grandes cambios. Gracias por confiar en este gobierno, no los vamos a defraudar”, señaló el presidente Vizcarra apenas conocidos los resultados a boca de urna. 

Fernando Tuesta, politólogo de la Universidad Católica, indicó que con este resultado electoral “el presidente Vizcarra se legitima”. “La población no ha respondido a preguntas que son técnicas con toda la información y el análisis sobre cada uno de los temas, sino que ha votado conectándose con el presidente”, precisó.   

En el contexto de un duro enfrentamiento entre el Ejecutivo y un Congreso obstruccionista dominado por el fujimorismo, el presidente Vizcarra lanzó la propuesta de prohibir la reelección inmediata de los legisladores. Esta pregunta adquirió un carácter plebiscitario acerca del comportamiento de la mayoría parlamentaria fujimorista. Un plebiscito que el Congreso fujimorista perdió abrumadoramente.  

El uso obstruccionista y prepotente que ha hecho el fujimorismo de su mayoría parlamentaria, la utilización de esa mayoría para proteger a funcionarios cercanos a ella acusados de corrupción y atacar a sus rivales, los escándalos en los que se han visto envueltos legisladores de la mayoría fujimorista –que van desde vínculos con el narcotráfico hasta falsificación de documentos para exhibir estudios no realizados o acusaciones de acoso sexual– han hundido la aceptación del Congreso a niveles por debajo del 10 por ciento y explican el alto porcentaje que votó a favor de prohibir la reelección de los legisladores. 

“La no reelección de los congresistas es muy popular, pero es inconveniente, porque renovar a todos los congresistas cada cinco años no es bueno”, ha señalado Tuesta. 

En otra pregunta se rechazó el restablecimiento de un Congreso bicameral en reemplazo del actual Parlamento unicameral impuesto en 1993 por la dictadura de Alberto Fujimori. Un cambio que era demandado por los expertos. Vizcarra planteó el retorno al bicameralismo, pero después le quitó su respaldo a esta propuesta en respuesta a que el Congreso aprovechó este tema para introducir de contrabando un cambio constitucional que debilitaba la facultad del presidente de pedir un voto de confianza para su gabinete ministerial y cerrar el Congreso y llamar a nuevas elecciones si esta confianza es negada dos veces. Una limitación que debilitaba al Ejecutivo frente al Congreso y que estaba enganchada a la aprobación de la bicameralidad. Con el cambio de postura de Vizcarra y su llamado a votar en contra de la bicameralidad, esta propuesta, que inicialmente tuvo respaldo mayoritario, se cayó.  

La aprobación de establecer limitaciones y controles al financiamiento privado de los partidos políticos se da cuando los últimos cuatro presidentes –Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski– y la excandidata presidencial Keiko Fujimori, son investigados judicialmente por lavado de activos por el financiamiento ilegal a sus campañas. Con esta decisión, se prohíbe la publicidad pagada en los medios de comunicación, la que se limitará a los espacios otorgados por el Estado.  

La cuarta reforma crea un nuevo organismo –la Junta Nacional de Justicia– para nombrar y destituir jueces y fiscales. Propuesta lanzada luego que se pusiera en evidencia la existencia de una mafia judicial con conexiones políticas, especialmente con el fujimorismo y el ex presidente Alan García, y en la que se vieron envueltos los integrantes del organismo predecesor de esta nueva Junta. 

Este resultado electoral consolida a un presidente que nació débil al llegar al cargo en marzo pasado no por el voto popular sino por la renuncia ante acusaciones de corrupción de su antecesor Pedro Pablo Kuczynski, que no tiene partido político propio y que basa la estabilidad de su gestión en su popularidad, que bordea el 70 por ciento. Pero a pesar de esta importante victoria electoral, a Vizcarra no le faltan los problemas. Hay serias grietas en el oficialismo, y pasado el referéndum ahora su gobierno deberá exhibir logros concretos a favor de esa inmensa mayoría que lo ha respaldado, de lo contrario las cosas se le pueden comenzar a voltear.