Tras un año de debate oral, y a cuarenta años de los hechos, el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín definirá si condena al ex jefe de Manufactura de Ford Pedro Müller y su ex jefe de Seguridad Héctor Sibila por su participación en delitos de lesa humanidad en contra de trabajadores de la planta que la automotriz tiene en General Pacheco, durante la última dictadura. Las querellas y la fiscalía solicitaron 25 años de cárcel para ambos, y otros 25 para el represor Santiago Riveros, ex titular de Institutos Militares del Ejército. 

El veredicto será leído este mediodía. Antes, Müller, Sibilla y Riveros podrán decir unas últimas palabras vinculadas a los hechos. Es la primera vez que directivos de una multinacional son juzgados por la implicancia directa de la empresa en los secuestros y las torturas sufridas por sus trabajadores durante la dictadura. 

Durante casi un año de juicio, trabajadores de la planta de Ford y familiares de aquellos que no llegaron a sobrevivir hasta esta instancia tuvieron la oportunidad de reconstruir los secuestros y las torturas que sufrieron en las instalaciones de la empresa. El caso permitió mostrar la actuación de la pata civil del terrorismo de Estado, ya que los testimonios de las víctimas relataron cómo la empresa y sus jerarcas no solo habilitaron partes de la planta de la multinacional en General Pacheco para mantener encerrados a trabajadores de la planta, sino que también entregaron a la dictadura listas negras de empleados vinculados con la actividad gremial y aportaron camionetas para secuestrarlos. 

Debido al tiempo transcurrido desde los hechos y el lento avance de la Justicia en la investigación murieron impunes personajes altamente comprometidos con aquellos crímenes, como el ex presidente de la planta de Ford Nicolás Courad y el ex gerente de relaciones laborales Guillermo Galárraga.