Una alianza encabezada por agrupaciones de izquierda, independientes y kirchneristas fue electa ayer como nueva conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), en un congreso avalado por 9 de los 13 centros de estudiantes de la universidad. Sin embargo, por ahora el movimiento estudiantil seguirá dividido: las agrupaciones que apoyaron las elecciones de junio pasado –donde la mayoría corresponde al radicalismo y sus aliados– aseguran que desconocerán lo actuado.

Fortalecidas por el saldo positivo que lograron en las elecciones de centros de estudiantes de este año, las agrupaciones La Mella, el Partido Obrero, Nuevo Encuentro y La Cámpora decidieron convocar a un nuevo congreso de la FUBA para renovar autoridades. El bloque de agrupaciones se presentó unido bajo la Lista 1, junto a otras organizaciones del campo popular. Obtuvieron el voto de 64 de los 71 delegados que se acreditaron al congreso (sobre un total de 130), que se hizo ayer en la Facultad de Medicina de la UBA. 

Generar copresidencias y covicepresidencias fue el esquema que encontraron las agrupaciones para hacer posible un frente de unidad suficientemente amplio para garantizar el quórum del congreso (requiere la presencia de al menos 66 delegados) y ganarlo. Los estudiantes de Ciencia Política María Eva Dimópulos (La Mella) y Fernando Ramal (Partido Obrero) fueron electos para ejercer una presidencia compartida de la federación. El estudiante de Ciencias de la Educación Sacha Unamuno (Nuevo Encuentro) y la estudiante de Abogacía Lucía Cámpora (La Cámpora) compartirán la vicepresidencia. Con fuertes críticas a la decisión del Partido Obrero de acordar con agrupaciones kirchneristas, el Partido de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista (aliados del PO en el FIT) presentaron su propia lista, que obtuvo seis votos. Hubo una abstención. 

¿Cuál será la agenda de la federación universitaria más grande del país? “La primera prioridad, que es también la razón por la que logramos consolidar un frente de unidad tan amplio, va a ser la situación de emergencia en la que está la educación pública. La defensa de nuestros derechos es muy importante y es la mayor diferencia que tenemos con los sectores de Franja Morada y Cambiemos”, sostuvo Dimópulos. 

Ramal destacó la importancia de que la FUBA no esté ajena a ninguno de los problemas que hoy vive la juventud: “Estamos viendo una bolsonarización del gobierno, por ejemplo con el decreto de Patricia Bullrich que legaliza el gatillo fácil. Como tarea inmediata, desde la FUBA tenemos que pensar en una gran campaña en defensa de las libertades democráticas. La represión a estudiantes y docentes en Río Negro marca que la represión a la juventud les toca también a los universitarios y universitarias”. 

El llamado bloque reformista, integrado por las agrupaciones radicales, peronistas y socialistas que impulsaron la votación de junio (denunciada como fraudulenta por las agrupaciones de izquierda y kirchneristas), mantiene su postura y reivindica el mandato de las autoridades entonces electas, que tendrían vigencia hasta junio de 2019: Francisco Strambini como presidente y Ayelén Petracca como vicepresidenta. También aseguran que el congreso de ayer es “ilegítimo” debido a que el estatuto de la FUBA no contempla la elección de más de un presidente y vicepresidente. “Es importante, en primer lugar, por una cuestión formal: los que en apariencia quieren recuperar la FUBA, lo hacen violando el estatuto. Pero además, por una cuestión política: claramente tenemos todavía el carácter de primera minoría, y si ellos cumpliesen el estatuto, seguro les sería imposible cerrar un acuerdo político que reúna a actores políticos tan disímiles”, afirmó Felipe Vega Terra, consejero superior por la lista “UBA para Todxs”. El sector reformista no descarta hacer un planteo de desconocimiento del congreso de ayer ante la universidad. 

El Consejo Superior de la universidad, en el que el radicalismo hegemoniza el cogobierno de la UBA, reconoció en junio a las autoridades del bloque reformista, y se descuenta que no modificará su posición. Las agrupaciones que sesionaron ayer defendieron la potestad del congreso para modificar las autoridades de la federación. “La FUBA y todos los centros de estudiantes son autónomos de la universidad. No necesitan el reconocimiento para funcionar”.  

Ante las críticas, las agrupaciones electas ayer reivindicaron el esquema de cargos compartidos. Dimópulos señaló que “todos los gremios adoptan distintas formas de gobierno que son la expresión de muchos sectores que conforman una misma lista: la CGT quizás es el mejor ejemplo”.