“Las políticas expansivas correctas para la Argentina pasan por continuar con esta fuerte consolidación fiscal”, aseguró el titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne, al celebrar el plan de ajuste implementado por el Gobierno. “El tipo de cambio competitivo y la corrección del déficit fiscal sientan las bases para un proceso de crecimiento sólido”, expresó el funcionario al ponderar las supuestas virtudes de la devaluación y el recorte del gasto. Las creencias del ministro Dujovne contrastan con la profundización del escenario recesivo que acompaña a la caída de la capacidad de compra de los trabajadores. La puesta en marcha del profundo ajuste acordado con el FMI no solo no ofrece indicios para una futura reactivación sino que como evidencia el alza en el riesgo país tampoco logró recuperar la confianza de los mercados internacionales. 

“La crisis que está terminando de superar la Argentina tiene su origen en políticas erradas aplicadas durante muchos años”, consideró ayer el funcionario durante un evento organizado por el Banco Ciudad. “Estamos bajando el gasto primario real en 10 puntos porcentuales”, celebró. Recortar las transferencias a las provincias, reducir el financiamiento para las empresas públicas, acelerar la quita de subsidios, reformar la seguridad social, achicar el empleo estatal y ajustar la obra pública representan los pilares fiscales del programa de austeridad con el que el gobierno de Mauricio Macri pretende alcanzar el “déficit cero”. Logrado ese objetivo, asegura el ministro Dujovne, la economía volvería a crecer.

“No había otro camino disponible”, repitió Dujovne al recurrir al relato oficial sobre la inevitabilidad del ajuste. Presentado como un “ajuste expansivo”, el recetario utilizado por el gobierno de Mauricio Macri es el mismo que fue implementado en Europa y Brasil para intentar recuperar la confianza de los inversores privados. En ninguno de los dos casos se alcanzaron los resultados prometidos sino que se profundizaron los problemas por falta de demanda, con el consecuente incremento en los niveles de desempleo. Como expresó el ganador del premio Nobel de Economía, Joseph Sitligtz, en 2011 durante la crisis de la eurozona “la austeridad es una receta para el suicidio”. La austeridad que promueve Dujovne niega la historia. La Gran Depresión de 1930 y la Gran Recesión de 2008 evidenciaron la importancia de una expansión fiscal para evitar largos períodos de desempleo generalizado.

“La desinflación producto de la política monetaria que llevamos adelante y el shock de oferta que empuja nuestras exportaciones nos ponen en camino a una recuperación en los años que siguen”, apuntó Dujovne, en una nueva apelación a un impreciso segundo semestre. Desde su perspectiva, el combo de contracción monetaria con altas tasas de interés implementado por el banquero central Guido Sandleris logró controlar los aumentos de precios que este año contabilizarán una escalada cercana al 50 por ciento. “El proceso de desinflación que estamos logrando a partir de esta política tan dura del Banco Central permite reanclar las expectativas inflacionarias”, sostuvo Dujovne, que destacó el proceso de desregulación financiera y cambiaria impulsado a lo largo de los últimos tres años. “Hemos logrado corregir un tipo de cambio real que no reflejaba la productividad de la Argentina, después de tantos años de avances sobre el estado de derecho están dadas las condiciones para crecer”, indicó. 

“Tenemos que seguir el camino del desierto de consolidar las cuentas públicas. Transitamos una posición muy sólida en términos de liquidez y trabajamos para lograr el inédito objetivo de contar con un año de prefinanciamiento”, sostuvo Dujovne al compartir un panel con el ex subsecretario para Asuntos Internacionales del Tesoro de los Estados Unidos, John Taylor; el ex ministro de Hacienda de Chile, Andrés Velasco, y la economista peruana Liliana Rojas Suárez. “Nuestro norte era reintegrar a la Argentina al mundo y converger a cuentas públicas solventes que nos garantizaran no estar expuestos a riesgos de liquidez. Veníamos de tener controles de capital, tener que exportar para importar, y no tener respeto por la ley”, aseguró el ministro, que confinó su exposición al tradicional libreto económico cambiemita.