En el libro Un dique contra la madre de María Soledad Miloz, la autora plantea que lo universal es el deseo materno, con sus efectos estragantes. El estrago implica algo de lo materno. Lo singular es cómo esto se juega en cada relación madre e hija. Digamos que, hay diferentes estragos. Yo planteo en mi libro El niño y el deseo de la madre que algunas mujeres pueden rechazar la maternidad por los efectos del estrago madre e hija. Es decir, la fijación a la madre puede obstaculizar la ecuación simbólica niño=falo. Por supuesto que esto no es válido para todas las mujeres, se tratará de una por una. Podríamos decir que el estrago es lo que deriva o podría derivar de la falta de mediación paterna en la trama edípica. Freud señala que no se puede entender a la mujer sino se pondera en la ligazón preedípica, y además destaca la posibilidad de que algunas mujeres puedan permanecer atascadas en la relación madre originaria.

Sabemos por la versión freudiana que algunas mujeres pueden relevar la madre por el hombre. Una mujer puede repetir en su matrimonio el vínculo con su madre. Esto puede llevar a una elección de amor mortífera. En este contexto un partenaire puede concentrar lo imposible de soportar. A mí entender sería la reaparición de ese imposible de soportar del estrago del deseo de la madre. En la clínica constatamos parejas que responden al fantasma del sujeto, en una complementariedad fantasmática. Buscando su completud en el Otro.

Entonces en varias ocasiones el hombre como estrago puede derivar del estrago madre e hija. Es así que el amor maternal puede eclipsar a esa pareja como hombre y mujer. Borrar al hombre y a la mujer para hacer existir la relación madre e hija/o. En una pareja se juegan diversas invenciones. Una pareja puede ser el intento‑fallido‑de inventar al Otro de la demanda, al Todo amor e inventar la creencia de lo idílico del amor maternal.

Recuerdo el caso de una mujer donde su pareja heredó ser el centro de la reivindicación fálica, reclamaba sin cesar la compra de objetos de valor, reivindicación que era transferida de la madre al marido. Desde la concepción freudiana una hija siempre le reprochará a su madre no haberla colmado lo suficiente, no haberle dado lo que la haría completa. Esta reivindicación fálica la lleva a decir: "yo quiero más", "Nunca pude perder lo que quería tener". Resaltemos que esta paciente consulta por la muerte de su madre, que la conduce a preguntarse por lo que no puede perder.

Si bien el estrago materno es del orden de lo necesario, es decir es de estructura. Lo contingente será cómo se juega esto en cada mujer y con que recursos una mujer cuenta para poder soltarse o no del estrago materno en su relación de pareja.

*Psicoanalista. Autora de El  niño y el deseo de madre (Letra Viva 2016).