Donald Trump ordenó poner en marcha una pesquisa sobre un supuesto fraude electoral cometido en las elecciones del año pasado, una denuncia que no pudo ser respaldada con ninguna prueba y que lo enfrentó con miembros de su propio Partido Republicano. “Voy a pedir una gran investigación sobre el fraude electoral, incluyendo a los registrados para votar en dos estados, los (votantes) ilegales e, incluso, los censados para votar que estaban muertos (y muchos de ellos desde hace tiempo)”, dijo ayer el presidente norteamericano en su cuenta de Twitter. “Dependiendo de los resultados, ¡fortaleceremos nuestros procedimientos de votación!”, agregó el magnate en la red social. Mientras la Casa Blanca defendió la teoría del mandatario de que hubo millones de votos ilegales en los comicios de noviembre, el Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) aseguró que las acusaciones de Trump son una maniobra de distracción para que no se hable de la injerencia rusa en las elecciones.

En los últimos días, el jefe de estado norteamericano machacó con su teoría de que hubo entre tres y cinco millones de votos ilegales en las elecciones de noviembre que le permitieron a la ex candidata demócrata Hillary Clinton ganar el voto popular a pesar de no lograr imponerse en el colegio electoral, sistema que determina quién será el nuevo presidente. Trump ganó el voto electoral a Clinton por 304 a 232, pero la demócrata logró cerca de tres millones de votos populares más que su rival, algo que los detractores del magnate inmobiliario recuerdan constantemente.

Antes de su victoria, el presidente había denunciado que las elecciones estaban arregladas para favorecer a Clinton por el voto masivo de millones de migrantes indocumentados, además del sufragio de millones de muertos y de personas que ejercían su derecho en dos estados o más. Miembros del Partido Republicano, como el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, mostraron su desacuerdo con la teoría de Trump.

El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, salió a respaldar la posición del presidente sobre los votos ilegales. “Creo que ha dejado claras sus preocupaciones sobre fraude electoral, y de la gente que votó ilegalmente durante la campaña, y sigue creyendo en eso basándose en estudios y pruebas que la gente le ha presentado”, afirmó Spicer, sin ofrecer detalles sobre los mismos.