La Justicia chilena ordenó ayer el procesamiento y detención del exdirector de Carabineros (la policía de Chile) Bruno Villalobos, acusado de haber cometido torturas seguidas de muerte a un estudiante en febrero de 1985, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Villalobos fue director de Carabineros entre 2015 y 2018 durante la segunda presidencia de Michelle Bachelet. 

Por ese entonces teniente de la policía chilena, Villalobos fue parte de un contingente policial que detuvo a 173 estudiantes de la Universidad de Chile, entre ellos a un joven de 21 años llamado Patricio Manzano, quienes fueron golpeados y obligados a realizar ejercicios físicos durante horas bajo un intenso sol en una comisaría de la comuna de Los Andes (unos 80 km al norte de Santiago). Tras ello los detenidos fueron llevados por los policías hasta Santiago, donde Manzano sufrió un paro cardiorrespiratorio producto de las torturas recibidas, relata la investigación judicial. Según testimonios de otros estudiantes, cuando Manzano se sintió mal pidieron a los carabineros ayuda o su traslado a un centro médico, pero nadie les hizo caso. Los estudiantes habían viajado desde Santiago a la ciudad de San Felipe para realizar trabajos de reconstrucción luego de un potente terremoto que afectó la zona central chilena en marzo de 1985.

El procesamiento de Villalobos fue solicitado hace un par de semanas por el Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y este fin de semana el juez Mario Carroza viajó a Los Andes para inspeccionar la comisaría en la que 173 estudiantes fueron torturados. Villalobos ya había declarado anteriormente dos veces en el caso y en ambas sostuvo que no fue testigo de la paliza contra los estudiantes ni que tampoco recuerda al joven, pues estuvo en las afueras del cuartel hasta que recibió la orden de trasladar a los detenidos. Sin embargo, las indagaciones realizadas por Carroza en el lugar donde se produjeron las detenciones concluyeron que las torturas habían existido y que ante la cantidad de detenidos era imposible que Villalobos hubiese ignorado los hechos. Por este caso, el juez ordenó la detención del ex comisario de la policía, Ruperto Soto, también en calidad de cómplice. Durante la dictadura Pinochet (1973-1990) unas 3200 personas murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1192 figuran aún como desaparecidos, mientras otros 40.000 fueron torturados y encarcelados por causas políticas.

La gestión de Villalobos al frente de Carabineros fue duramente golpeada por el desfalco de unos 50 millones de dólares de dineros públicos que envolvió a decenas de oficiales, y también por el falsificación de pruebas realizada por uniformados para involucrar a líderes mapuches en ataques incendiarios en el sur de Chile. Por estos hechos, tras asumir la presidencia en marzo pasado, el primer anuncio que hizo el presidente Sebastián Piñera fue la destitución de Villalobos.