En el ojo de la tormenta por una denuncia penal por abuso sexual contra una trabajadora del Congreso, el senador Juan Carlos Marino negó “enfáticamente” todas las acusaciones en su contra durante la sesión extraordinaria dispuesta por el gobierno de Mauricio Macri. A pesar de que no tiene consecuencias para la investigación, al leer un documento en el comienzo de la jornada legislativa, Marino puso a disposición de la Cámara su renuncia a los fueros como senador. Su defensa estuvo enmarcada por un conmovedor discurso consensuado entre las integrantes de la Comisión de la Banca de la Mujer, quienes reclamaron “una justicia justa, que investigue y condene con celeridad si son culpables los hechos que se denuncian”.

El inicio de la sesión, en la que se espera la sanción de la Ley Micaela, estuvo marcada por la participación de Marino, quien tomó la palabra para tratar de despegarse de la denuncia penal que interpuso su ex asesora Claudia Guebel la semana pasada. “De manera enfática niego haber tenido respecto de la denunciante una situación como la que se ha denunciado en la causa de mención de la cual, es bueno decirlo, no he sido formalmente notificado”, fueron las primeras palabras del senador, imputado en la causa que investiga el supuesto manoseo y los mensajes con insinuaciones sexuales hacia Guebel.

Marino dijo que ya realizó “las acciones necesarias” para ponerse “inmediatamente a derecho” y que hace dos días se apersonó para tener una copia del expediente. “Pongo a disposición de este cuerpo que integro mis fueros como senador de la Nación”, finalizó en su breve intervención.

Guebel contó en su presentación judicial que el senador aprovechó un momento a solas para avanzar sobre ella sin su consentimiento. “Directamente me tocó los pechos y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos", relató. Allí reveló también que el legislador le mandaba mensajes diciéndole que iría a su casa y le enviaba “videos alusivos al sexo".

Sus dichos tuvieron eco en la Cámara y las senadoras que integran la Banca de la Mujer ratificaron su acompañamiento y solidaridad “con todas las mujeres que han sido abusadas, acosadas, prostituidas y explotadas”. Quien leyó el texto consensuado fue la presidenta de la banca, la senadora de La Pampa Norma Durango. “Las mujeres del senado queremos hacer oír nuestra voz ante situaciones que vulneran nuestros derechos”, ratificó y subrayó que ellas se rebelan “contra la violencia sexual y el asesinato de miles de mujeres y niñas”.

“Pedimos una justicia justa, que investigue y condene con celeridad si son culpables los hechos que se denuncian, apelamos a que los medios asuman el compromiso a hacer abordajes que sean respetuosos de las mujeres en situación de violencia”, destacó al agregar que esto incluye también “una educación que cuestione y dejé atrás la cultura del patriarcado”y cerró: “gritamos y exigimos, No es No”.