Los docentes del Comercial 21 de Flores, una de las escuelas que cerrarán por decisión del Ministerio de Educación porteño, salieron a la calle a exteriorizar su rechazo a la medida y buscar la solidaridad de los vecinos: la consiguieron largamente. El método elegido fue el de mostrar carteles y pancartas a los automovilistas que quedaba parados por el semáforo en rojo  de Directorio y Pumacahua, la esquina donde está ubicado el colegio. La adhesión a la protesta llegaba en forma de bocinazos, que se repitieron durante varias horas.