A casi cinco meses de la explosión de la escuela 49 de Moreno, donde murieron la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez, son más de 200 las escuelas del distrito que tuvieron que finalizar el ciclo lectivo 2018 con las puertas cerradas. “De las 282 que tenemos, hay más de 200 que aún no están arregladas. Las obras vienen muy lentas pero las autoridades provinciales dicen que las van a terminar a todas en el receso de verano. Si pasaron cinco meses de la explosión y estamos así, ¿cómo van a hacer?”, se preguntó Hernán Pustilnik, docente de la escuela que explotó por una pérdida de gas previamente denunciada.

“El balance sobre el arreglo de escuelas en Moreno es flojísimo. En algunas no han comenzado las obras y en otras sí, pero avanzan muy lento. Las autoridades habilitan la galería o el patio de un establecimiento para que se pueda dar una continuidad pedagógica a los alumnos –como no se pueden dictar clases, se entregan tareas para el hogar que luego son corregidas por los docentes– y ya lo cuentan como abierto. Pero no es así, las escuelas tienen que estar aseguradas en su totalidad”, expresó a PáginaI12 Hernán Pustilnik, docente integrante del Comité de Crisis que organizaciones sociales, sindicatos, familiares de Sandra y de Rubén y miembros de la comunidad educativa de Moreno formaron junto a autoridades provinciales y municipales para organizar las obras de refacción en los establecimientos escolares del distrito, que se encuentran cerrados desde la muerte de Sandra y de Rubén por las malas condiciones de infraestructura que poseen.

En las primeras reuniones del Comité de Crisis –que se formó a mediados de septiembre, luego de un acampe de la comunidad educativa y las organizaciones frente al Consejo Escolar– se acordó que las escuelas recién podrán ser habilitadas cuando cumplan las doce condiciones básicas de infraestructura escolar recomendadas por la SRT y aprobadas por el acuerdo paritario nacional docente del 2011 (condiciones que la mayoría de las escuelas del distrito no poseen). “En las reuniones del Comité siempre terminamos discutiendo lo mismo: los plazos de las obras, porque vienen muy lentas. No creo que se lleguen a iniciar las clases en todas las escuelas. Aunque sí creo que en verano el gobierno va a tratar de apurarse para tener la mayor cantidad posible de instituciones escolares abiertas para salir a hacer campaña electoral con eso”, opinó Pustilnik. 

Docentes, directivos, sindicatos y organizaciones sociales subrayaron que la unión y solidaridad que se logró en el distrito fue fundamental para seguir adelante. Las familias –afirmó el docente de la 49– fueron transformándose en los protagonistas de esta lucha por escuelas seguras:  “Se la cargaron al hombro. No solo nos apoyaron desde el comienzo, sino que siguen participando activamente para que las escuelas que aún no están en condiciones sean arregladas. Incluso han llegado a tomar establecimientos que aún no están en obra para que se acerque algún inspector de provincia, vea el estado en el que se encuentran y haga algo”, afirmó Pustilnik.

El 2018, para la comunidad educativa de Moreno, fue un año triste y difícil. Pero, sobre todo, fue un año sin justicia. A casi cinco meses de las muertes de Sandra y de Rubén, no se ha responsabilizado a los culpables. “Espero que en el 2019 los establecimientos educativos se arreglen en su totalidad, que no haya ningún muerto más en una escuela pública y que sea un año en el que se haga justicia. Queremos que todos los responsables sean juzgados y condenados: no solo el gasista, sino también el ex interventor del Consejo Escolar Sebastián Nasif, el ministro Sánchez Zinny y la gobernadora Vidal. Por ahora no hay nadie preso. Y eso que estamos hablando de dos muertes”, dijo el docente. 

Según contó a este diario, Sebastián Nasif quiere concursar para el cargo de director en una escuela de Moreno. “Las autoridades provinciales no tardaron nada en separar y sancionar a los directivos de una secundaria en la que un alumno decidió recibir su diploma con la marcha peronista. Pero sí permiten que este hombre, que es responsable directo de dos asesinatos, se acerque a la sede de inspectores y pida concursar para ser director ¿Cómo es esto?”, se preguntó Pustilnik.

Diego Rodríguez, hermano de Rubén, también exigió justicia por su hermano y por la vicedirectora Sandra Calamano. “No hay nadie preso. La justicia está siendo muy lenta y hasta ahora no tenemos novedades. Todos los responsables siguen libres. Parece que nadie es culpable”, dijo a PáginaI12. “El otro día fuimos al acto de mi sobrina Maia (la hija de Rubén) que terminaba la primaria y realmente fue muy triste porque mi hermano hubiese querido estar ahí. Estamos todos muy mal, la Navidad sin Rubén fue terrible”, dijo Rodríguez, quien agradeció el apoyo que recibe de parte de las organizaciones sociales y gremiales, las organizaciones de derechos humanos, la comunidad educativa y los padres que “están haciendo relevamientos en las distintas escuelas y se han convertido, realmente, en los entes reguladores de las empresas para que las obras se lleven a cabo”. 

El miércoles próximo se cumplen cinco meses de la muerte de la vicedirectora y el auxiliar de la 49 y la comunidad educativa se reunirá una vez más en las calles de Moreno. “Vamos a hacer un banderazo para que se den cuenta que acá seguimos peleando por la escuela pública. Las autoridades provinciales no nos están dando respuestas. El inicio de clases va a ser muy triste porque aún hay más de 200 escuelas sin arreglar”, concluyó Rodríguez.

Informe: Azul Tejada.