Entre el 1º de enero de 2016 y el 31 de diciembre de 2018 el costo de vida experimentó un aumento de alrededor del 148,2 por ciento mientras que los salarios del Conicet aumentaron un 87,5 por ciento para las categorías con menores remuneraciones y para los estipendios de las becas y apenas un 77 por ciento para el caso de las categorías con mayores salarios. De esta manera, Argentina se convirtió en uno de los países de la región que ofrece salarios más bajos (medidos en dólares) a sus investigadores e investigadoras. El mismo recorte se aprecia en el presupuesto destinado al área. Los científicos destacan que pese a la inflación, al aumento de tarifas y la devaluación, tienen que hacer frente a subsidios en sus muchas modalidades y terminar las pocas obras que aun está en construcción pero que se iniciaron, obviamente, durante la gestión anterior. Además, claro está, de salarios, becas, gastos de funcionamiento, inversiones y proyectos.