"Debemos rechazar esta suerte de estigmatización contra nuestros compatriotas bolivianos que coincide con el discurso de (el presidente de los Estados Unidos, Donald) Trump, que es un discurso xenofóbico, en apariencia exacerbador de sentimientos patrioteros", lamentó el ministro boliviano de Gobierno, Carlos Romero, en una rueda de prensa en la que confirmó que el Ejecutivo de Evo Morales convocará al embajador argentino en Bolivia, Normando Alvarez, para que dé explicaciones sobre los dichos de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien vinculó directamente a los migrantes de países limítrofes con el robo y el narcotráfico.

"Cuando se hace una afirmación --y mucho más cuando puede afectar al sentimiento de ciudadanos extranjeros-- lo importante sería respaldarlo con datos oficiales, estadísticas, casos, referencias que pudieran objetivar estas afirmaciones que las consideramos graves", exigió el ministro de Gobierno. 

En medio de una ofensiva del gabinete de Cambiemos para vincular la imigración latinoamericana con el delito y justificar mayores controles, la ministra de Seguridad señaló que el 33 por ciento de los presos por violación a la ley de drogas en el país son extranjeros de países limítrofes. El dato, como publicó PáginaI12, corresponde solamente a las cárceles federales y disminuye al 28 por ciento si se toma en cuenta el total de los centros de detención del país. Además, resulta insignificante si se lo contrasta con los 2 millones de inmigrantes que viven en la Argentina, ya que los detenidos por narcotráfico representan solo el 0,07 por ciento del total.

Frente a esa realidad, el ministro del gobierno de Evo Morales reafirmó la "voluntad de trabajo conjunto" entre los gobiernos de Bolivia y Argentina, reconoció las  “diferencias políticas e ideológicas”, pero advirtió que “en materia de lucha contra la criminalidad no hay diferencia que valga".  De todas maneras, calificó de "desafortunadas" las declaraciones de la ministra de Seguridad y aseguró que la Cancillería boliviana iba a convocar al embajador argentino en Bolivia para "pedirle una explicación".

En el mismo tono, el cónsul boliviano en Argentina, Ramiro Tapia, lamentó ayer "la ligereza con la que habla la ministra de Seguridad argentina" y aseguró que el gobierno boliviano se sintió "indignado por semejantes apreciaciones”. " Las estadísticas carecen de seriedad y enturbian a los países hermanos y naciones amigas”, advirtió Tapia en declaraciones a la radio AM750.